SOBRE REDUCCIÓN
DE DAÑOS EN COLOMBIA
Los conflictos generados por la llamada “guerra contra las drogas” en Colombia han sido una constante durante décadas, en medio de políticas que han oscilado entre la erradicación forzada y la criminalización del consumo. Pero los resultados han sido limitados: Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2023 de la UNODC, la producción de cocaína en Colombia aumentó un 53% y, en 2022, los cultivos de coca se incrementaron en un 10% alcanzando las 230.000 hectáreas. Además, el uso de drogas ha crecido entre adolescentes y jóvenes desde el año 2019, especialmente en zonas urbanas.
En este panorama, la política «Sembrando vida, desterramos el narcotráfico» impulsada por el gobierno colombiano ha buscado cambiar el enfoque hacia uno centrado en la salud pública, los derechos humanos y la justicia social. Esta estrategia incluye la participación activa de las comunidades afectadas y la implementación de programas de reducción de daños, que reconocen la dignidad de las personas consumidoras y promueven su participación en la sociedad.
Organizaciones como la Corporación Viviendo, Corporación Teméride, la Asociación Ciudad Futuro, Acción Técnica Social y La Esquina Redonda están al frente de esta transformación, trabajando desde las comunidades para ofrecer alternativas al narcotráfico y al consumo problemático.
MÁS VIDA es un proyecto documental que recorre tres ciudades clave —Bogotá, Cali y Pereira— para entender cómo se vive y se construye la reducción de riesgos y daños desde el territorio. En tres cortos documentales, damos a conocer las voces, los rostros y las acciones de quienes están trabajando para cambiar la forma en que Colombia se relaciona con el consumo de drogas.
Bogotá
El Bronx, ubicado en la ciudad de Bogotá, fue durante mucho tiempo el resultado de políticas sociales deficientes y el abandono institucional, marcados por la falta de una atención integral a la pobreza, la exclusión y el consumo problemático de drogas, la explotación sexual, entre otras. En lugar de enfrentar las causas estructurales como el desempleo o la falta de acceso a la salud y la educación, la respuesta estatal fue la represión. De esta manera, el Bronx no sólo reflejó el fracaso de las políticas públicas, sino que puso en evidencia la necesidad de un enfoque más humano y articulado al consumo de sustancias psicoactivas o la habitabilidad en la calle.
En este contexto surge La Esquina Redonda, un proyecto que apuesta por resignificar el territorio desde las artes y la memoria colectiva. A su lado, Acción Técnica Social (ATS) impulsa desde 2007 políticas innovadoras de reducción de daños, y con su proyecto CAMBIE han implementado una sala de consumo supervisado, desafiando los enfoques punitivos y promoviendo respuestas de salud pública basadas en evidencia.
Cali
Conocida como la «Sucursal del Cielo», Cali es también una ciudad marcada por profundas desigualdades. En territorios como el barrio Sucre, el consumo de heroína inyectada convive con narrativas de exclusión, violencia y estigmatización. Allí, desde hace 10 años, la Corporación Viviendo trabaja junto a las comunidades con un Centro de Escucha y Acogida, que ha ayudado a transformar los imaginarios que pesan sobre el barrio y a defender la dignidad de quienes han sido históricamente marginados por el consumo de drogas.
Su enfoque centrado en el cuidado de la vida es un ejemplo de resistencia y acompañamiento a personas usuarias, desde la integración de vecinos y el cuidado colectivo.
Pereira
En el Eje Cafetero, Pereira es una ciudad que enfrenta uno de los índices más altos de consumo de heroína inyectada en Colombia. A pesar tener una diversidad geográfica que favorece actividades agrícolas como el cultivo de café y la caña de azúcar, esta ciudad convive con graves problemáticas sociales que afectan, especialmente, a personas en situación de calle y consumo problemático de drogas; lo cual implica desafíos significativos en términos de salud pública y bienestar social.
Organizaciones como la Corporación Teméride y la Asociación Ciudad Futuro han ofrecido respuestas integrales como espacios de acogida y escucha activa, servicios sociosanitarios, albergue y oportunidades reales de inclusión social y laboral. Su trabajo demuestra que otra forma de acompañar es posible, una que parte del respeto y la empatía.
Director del cortometraje y Cámara 2: Andrés Cardona / Director de fotografía y Cámara 1: Carlos Hernández / Productor Ejecutivo: Claudi Carreras / Productor General: Tobias Monte / Edición y montaje: Mariana Medina / Fotografía: Paula Thomas / Música original: Navin Kala / Subtítulos: Juan Pablo Alvarado / Diseño gráfico: Vanina De Monte / Desarrollo web: Manel Germano / Comunicación: Andrea Fajardo