Hay varios adjetivos que buscan cobijar a las sustancias psicoactivas que causan perturbaciones perceptivas, alucinaciones y alteran la conciencia del consumidor. A principios del siglo XX Louis Lewin, propuso la palabra phantastica. Un poco más adelante las llamaron psicotomiméticas cuando creyeron que los efectos temporales de algunas de estas sustancias emulaban la psicosis. Otros les llamaron psicodislépticos, misticomiméticos o enteógenos.
En 1957 el psiquiatra inglés Humphry Osmond propone el neologismo psychedelic (psicodelico), acuñado previamente en un intercambio de correspondencia con Aldous Huxley y que significa “manifestación de la mente (o el alma)”. Dicho término ha calado profundamente en el imaginario popular y se usa como etiqueta para obras artísticas o productos que evocan la experiencia de los estados alterados de conciencia. Sin embargo, aunque sea igual de impreciso que todos los anteriores y otros más y sin haber consenso sobre el nombre más adecuado, lo más común y aceptado es llamarlos alucinógenos.
*Este texto va acompañado de una playlist que puede ser escuchada en Spotify, Deezer o Youtube.
Péndulo hipnótico
Tu fuente danza envuelta en Melatol
Cocktail psicoactivo
Levita femenino su esplendor
Agria datura
Espinas en la lengua, muérdago
Derrama su vida y no teme a nada
Su juventud encarna
Gotas del alba
Viejas las rocas
Inocente Esther nueva sos vos
Babasónicos – Esther narcótica – 1997
La historia moderna de los alucinógenos es un tejido de relaciones entre los personajes y esfuerzos más poderosos por el control de las mentes y de quienes quisieron liberarlas y expandirlas a mediados del siglo pasado. En medio de todo esto, algunos de los segundos se preguntaron si acaso llegaron a ser una herramienta de los primeros.
Dado que muchos alucinógenos son sustancias naturales presentes en diversas plantas, hongos, cactus y algunos animales, su uso se remonta milenios atrás. Culturas de todo el planeta han llegado a tener conocimientos profundos acerca de sus fuentes, usos y mecanismos de acción. La investigación científica de los alucinógenos, sin embargo, inició apenas en el siglo XVIII con el óxido nitroso y después con la mescalina presente en varios cactus de Norte y Suramérica.
Químicos, etnobotánicos, ejecutivos y espías
En 1938 el químico suizo Albert Hofmann sintetizó la dietilamida de ácido lisérgico o LSD (Lysergsäure-Diethylamid en el alemán original) pero lo ignora hasta el 16 de abril de 1943, cuando lo sintetiza de nuevo y accidentalmente entra en contacto con la sustancia y sus efectos. Tres días después Hoffman decide probarlo de nuevo y vive el famoso “día de la bicicleta”, un momento capital en la historia moderna de los alucinógenos.
En 1939 el biólogo norteamericano Richard Evans Schultes, padre de la etnobotánica (y considerado por algunos el progenitor de la era psicodélica), publicó parte de su investigación sobre “la carne de los dioses”, el Teonanácatl. Schultes lo identificó como un hongo, ingrediente alucinógeno usado por diversos grupos indígenas en México. El estadounidense fue el primer biólogo en estudiarlo y de paso resolvió 300 años de debates acerca de la identidad del alucinógeno ritual.
El impacto más importante de esta investigación (no fue la única de Schultes en moldear la época) se dio en los márgenes del circuito académico cuando en 1952 el poeta británico Robert Graves referencia dicho trabajo a su amigo Gordon Wasson, literato, reportero y en ese momento vicepresidente de J. P. Morgan quien junto a su esposa, Valentina Pavlovna, fueron los pioneros de la etnomicología (a su vez una rama de la etnobotánica). La pareja, fascinada por el descubrimiento de Schultes, viaja a México y se las arregla para participar de un ritual de ingesta de hongos. Su aventura fue publicada en 1957 por la revista Life, presidida por Henry Luce (también presidente de la revista TIME), ciudadano descomunalmente influyente en la cultura estadounidense de la época y a su vez fanático del LSD. Bajo el título “Buscando los hongos mágicos”, el artículo de Life, escrito por Wasson, describió detalladamente la experiencia alucinógena, introduciendo la psilocibina (aislada después por Hofmann) y cautivando la imaginación del enorme público de la revista.
A la sociedad norteamericana le hicieron falta las publicaciones de Life, TIME, Huxley (Las Puertas de la Percepción, 1954, Cielo e Infierno, 1956), Burroughs (Las Cartas de la Ayahuasca, 1963), Jimmy Hendrix (Are you Experienced, Axis: Bold as Love, 1967, Electric Ladyland, 1968) o The Beatles (Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, 1967) para abrazar las posibilidades de la psicodelia. Para el gobierno estadounidense fue suficiente con su existencia y el mínimo reporte de uso, comercio, desarrollo o descubrimiento. Desde 1942 ese gobierno adelantaba iniciativas que le dieran la ventaja en el terreno del espionaje y después en la Guerra Fría a base de drogas. Su objetivo primigenio fue encontrar una sustancia que estimulara el habla, el tan cinematográfico “suero de la verdad” que le soltara la lengua a los interrogados por las agencias de inteligencia.
Durante las próximas décadas, diferentes instituciones gubernamentales estadounidenses persiguieron este fin en experimentos con todas las drogas consumidas en las calles o desarrolladas en laboratorios. La Oficina de Servicios Estratégicos fue la primera en buscar dicho elixir de la verdad mediante el desarrollo de un extracto de cannabis. Le seguiría en 1947 la Marina con el programa CHATTER y el uso de mescalina, “inspirados” en experimentos para el control mental realizados por los nazis. Ese mismo año y poco después de su fundación, la CIA iniciaría sus programas de control mental con Bluebird y ARTICHOKE. En ellas la CIA usó barbitúricos, anfetaminas, cocaína, cannabis, heroína, escopolamina e hipnosis, entre otras. A inicios de la década de los 50 y atendiendo entusiastas reportes emanados del laboratorio donde se sintetizó el LSD, la CIA empezó su experimentación con el ácido.
Sick of politicians
Harassment and laws
All we do is get screwed up
By other people’s flaws
Think you know the answers
We don’t tell no lies
We can take you anyway
Seven different highs
Hawkwind – The Psychedelic Warlords (Disappear in Smoke) – 1974
Transgresores
Documento desclasificado sobre el proyecto MK ULTRA
En 1953 la CIA aprobó la operación super secreta (super celebre en el presente) MK-ULTRA, otra iniciativa centrada en el uso de drogas y en la cual el LSD adquirió protagonismo. El LSD, sin embargo, no provoca una serie de reacciones predeterminadas. Sus efectos dependen del estado mental y emocional del usuario y del ambiente en el que se encuentre. La CIA encuentra que los interrogados a quienes se le administra LSD sin previo aviso entran en estados disociativos, ansiosos y paranoicos. Aun así, sus efectos son tan poderosos que continúan experimentando con el compuesto en diferentes escenarios: interrogatorios, contra interrogatorios, lavado de cerebro (a agentes extranjeros para alterar su lealtad), saboteo a figuras políticas y asesinato bajo estado de trance.
En el marco de estas operaciones la CIA llegó a usar más de 80 instituciones para hacer sus pruebas: universidades, hospitales mentales, cárceles y laboratorios, a veces de manera encubierta o destinando fondos a través de otras instituciones gubernamentales. Administraban estas drogas tanto a voluntarios como a ciudadanos y a sus propios agentes y funcionarios que nunca aceptaron hacer parte de dichas pruebas, violando así el tratado de Nuremberg y de Ginebra.
El agente encargado de administrar inadvertidamente LSD a ciudadanos estadounidenses en la ciudad de San Francisco, George Hunter White, escribió en su carta de renuncia: «¿dónde más podría mentir, matar, engañar, robar, violar y saquear un niño americano de sangre roja con la sanción y bendición del Altísimo?»
We are the ones that keep you high
We are the ones that burn your pride
And you’re burning bright
Fuck the US Government
I’ve been waitin for the sun to come, show you all what’s being done
Your gonna know they were never, never yours to kill
Black Rebel Motorcycle Club – MK Ultra
Ayahuasqueros de occidente
La fascinación por los trips alucinógenos, que atrapó a la sociedad occidental a finales de la década de 1950 y durante las dos siguientes, se gestó a través de relatos místicos, emocionales y filosóficos de escritores y poetas habilidosos que buscaron dichas experiencias y fueron seguidos por otros menos dotados con las palabras. En 1953 Huxley tomó mescalina bajo la supervisión del psiquiatra Humphry Osmond y en el 55 con supervisión del capitán retirado Alfred M. Hubbard [1] a quien le confía su primera experiencia con LSD. De ella Huxley diría: “lo que vino a través de las puertas cerradas fue la realización –no el conocimiento, pues esto no era verbal o abstracto– sino la conciencia directa, total, desde el interior, por así decirlo, del amor como el hecho cósmico primario y fundamental”.
José Manuel Aguilera, líder de La Barranca, al ser cuestionado acerca de su relación con las drogas respondió lo siguiente: “hablas de compañeros de la humanidad desde el inicio de los tiempos. ¿Cómo es que el hombre llegó al punto de producir vino, o de qué forma se le ocurrió tragarse un botón de peyote? El ser humano tiene la necesidad de trascender, desde siempre ha sido así. Y todas las culturas han encontrado en la naturaleza sustancias que les han ayudado a salir de la realidad para mostrarles otras posibilidades de ver el mundo”.
Vuelves de un mundo lejano
De luz, de éxtasis, de visiones
Sientes un gozo profundo corriendo en tus venas
Pero no puedes explicarlo… ni repetirlo
No no puedes, porque el amor es la mitad de todo lo que viste
La otra mitad está esperando solo descubrirse
Ay amor, ay amor, ay amor, amor
Quémate lento
La Barranca – Quémate Lento – 1996
Las búsquedas estéticas, espirituales, expansoras de la mente y la existencia que ofrecen los alucinógenos conectaron la costa este de Estados Unidos primero con la ancestralidad mexicana y poco después con la amazónica. En este último caso, generó una mixtura sensorial que terminaría definiendo la música psicodélica de los dos lugares.
En 1953 William S. Burroughs viaja a Bogotá buscando exorcizar el “mal espíritu” que lo llevó a matar a su esposa Joan Vollmer y a su llegada a la Universidad Nacional se encuentra fortuitamente con Schultes, quien lo guía hacia el rastro del yagé, su exorcista. Burroughs entra y sale, deambula varios años en la selva amazónica de Colombia y Perú probando distintas decocciones hasta dar con aquella que describió como “La droga más poderosa que he experimentado… este no es el subidón químico de la cocaína, el estasis horriblemente cuerdo y asexuado de la heroína, la pesadilla vegetal del peyote o la tontería humorística de la marihuana. Esta es una violación abrumadoramente instantánea de los sentidos”.
En su incansable experimentación, Burroughs entregó a la biología la pieza faltante en el rompecabezas alquímico de la ayahuasca, 14 años después fue reivindicado por Schultes al darle el crédito como aportante del espécimen que contiene el agente catalizador de los efectos más poderosos de la ayahuasca.
DJ Chakruna – La Cumbia Chakrunera – 2011
La Psychotria viridis o chacruna fue la planta que Burroughs le entregó a Schultes en 1954 y es uno de los ingredientes más recurrentes en la bebida ritual. Se dice que esta es más común en la selva peruana y boliviana mientras que en la ecuatoriana y colombiana se usa la Diplopterys cabrerana o chalipanga, en todo caso, las dos especies de arbusto contienen Dimetiltriptamina o DMT, un poderoso alucinógeno que, en el caso del enteógeno ritual, solo causa efectos al ser combinado con la Banisteriopsis caapi o yagé, la famosa liana amazónica que contiene los alcaloides inhibidores que bloquean la degradación del DMT, permitiendo los efectos alucinógenos.
Explosión de Iquitos – Ayahuasca
Juaneco y su Combo – Vacilando Con Ayahuasca – 1972
Desde la década de 1940 y con la consolidación de varios sellos discográficos en Colombia, la cumbia empezó su diáspora por Suramérica. Empujada de rebote por las políticas nacionalistas de diferentes dictaduras de la región que cerraron fronteras a sonoridades exóticas de otros continentes, la cumbia se instaló desde México hasta Argentina mutando en diferentes magnitudes.
En Perú, en la década de los 60, el sonido surf californiano y la naciente psicodelia (también impulsada desde la costa oeste norteamericana), en conjunto con un proceso sinérgico con músicos colombianos, ambientes amazónicos, andinos y caribeños se amalgamaron en una de las propuestas lisérgicas más interesantes del continente. Algunos afirman que la chicha o cumbia peruana nació con Los Demonios del Mantaro con versiones de cumbias colombianas. Sin embargo, el canon general le da el crédito a Enrique Delgado y su banda Los Destellos quienes labraron el camino que luego transitarían desde la selva Los Mirlos, Juaneco y su Combo y, en diálogo transamazónico, Afrosound, el grupo experimental de Mariano Sepúlveda y Julio Ernesto Estrada “Fruko” y la agrupación de Pedro Jairo Garcés y su Guitarra, quien junto a otros pocos exponentes conforman lo que el Dr. Juan Diego Parra Valencia denomina el proyecto “psicotropical” colombiano.
Yo quisiera saber
Oye nena, si es que aquí
Yo puedo encontrar
Un poco de la yerba para vacilar, así gozar, así volar
Los Destellos – Onsta la Yerbita – 1971
Los Mirlos – Lamento en la Selva – 1977
Afrosound – Dog, Cat – 1972
Dengue Dengue Dengue – Don Marcial – 2012
Ando desligado
Eu nem sinto meus pés no chão
Olho e não vejo nada
Eu só penso se você me quer
Os Mutantes – Ando Meio Desligado – 1970
Moños rojos y dorados
Película “Acapulco Gold” de 1976
Quizá la primera cannabis sibarita del mercado internacional fue la Acapulco Gold de México que inundó Estados Unidos durante buena parte de la década de 1960. La Acapulco se ha considerado un ícono del movimiento contracultural, llegando a colarse en multitud de expresiones artísticas y de consumo como productos televisivos, cinematográficos, literarios y, como en este caso, musicales. Para las versiones en vivo de esta canción Led Zeppelin modifica la letra original introduciendo una alusión directa a la afamada y por aquella época omnipresente variedad de la sativa mexicana.
Fue también un cultivo ilícito tan prominente a finales de los años 70 como para llamar la atención del gobierno estadounidense. Este financió a su homólogo mexicano para asperjar los cultivos con el herbicida paraquat, altamente tóxico. Aun así, el cannabis asperjado llegó al mercado norteamericano, lo que redujo el interés en la variedad, y aumentó la demanda de las variedades colombianas (Santa Marta Golden, Punto Rojo) y la panameña (Panama Red) y que en el caso de las primeras disparó la llamada “bonanza marimbera”.
Many times I’ve lied and many times I’ve listened
Many times I’ve gazed along the open road
Many times I’ve lied and many times I’ve listened
Many times I’ve wondered how much there is to know
Many dreams come true, and some have silver linings
I live for my dream and a pocketful of gold
Some Acapulco gold, every time
Led Zeppelin – Over the Hills And Far Away (live 1972)
La bonanza marimbera fue un periodo de alrededor de una década (entre 1975 y 1985) en la que el cannabis colombiano cultivado en la costa caribe entró a suplir en el mercado norteamericano a la entonces tóxica Acapulco Gold. Este fenómeno fue alentado en un principio por los voluntarios de los Cuerpos de Paz que Kennedy creó en 1961. Al descubrir las variedades cultivadas en la Sierra Nevada de Santa Marta y la Guajira, esos voluntarios empezaron a comprarla a los campesinos de la región y entrarla de contrabando a Estados Unidos en aeronaves pequeñas.
Así inició el mercado del narcotráfico internacional en Colombia. El negocio de la marihuana colombiana fue cambiando de manos de clanes familiares y contrabandistas hippies a capos y carteles. Esto, además, perfiló las relaciones políticas entre el norte y sur continental así como la guerra contra las drogas. En aquel momento Colombia llegó a ser el mayor exportador de cannabis del mundo y sus ingresos superaron los del café. Los norteamericanos llegaron a gastar hasta 25 billones de dólares anuales consumiendo ‘moños’ mexicanos y colombianos.
En Colombia, entretanto, el desgaste político que trajo “La Violencia” vivida en el corazón andino del país, llevó a la dirigencia “cachaca” a echar mano del más fresco sector Caribe en donde sus nuevas elites marimberas aprovecharon para promover un ritmo relativamente nuevo: el vallenato.
En entrevista con la doctora en historia Lina Britto, Lenin Bueno Suarez, compositor de “Soy parrandero y qué”, le contó que el personaje “Lucky” a quien se hace referencia en la canción fue, aparte de un amigo cercano de su niñez, un folclorista y patrocinador de bandas de vallenato y del género como tal. Además de su reconocido mecenazgo, Lucky fue también “el más renombrado traficante de marihuana en su momento”.
¡Ay, no joñe! No me importa qué diga la gente
Que yo soy un borracho perdido
Solo quiero que tengan pendiente
Que trabajo y que a nadie le pido
Soy parrandero y qué, a nadie le importa
Yo soy Lucky (¿Cotes?) Oiga
A nadie le importa
Si hago mi parranda es porque
la vida es muy corta
Los Hermanos Zuleta – Soy Parrandero Y Que (1977)
En la crónica del periodista barranquillero Ernesto McCausland “Un encuentro Baracunátana”, el maestro compositor Leónidas Plaza cuenta como, empleando la jeringonza usada en la península de La Guajira, acuñó el término baracunátana para referirse a una mujer fácil y barata que conoció en su juventud. El intérprete original de este éxito tropical, el maestro Lisandro Meza, tiene una versión de la composición ligeramente diferente. En ella coinciden con el uso de la jerga peninsular como origen del término (entre otros), pero para el segundo ‘baracunátana’ se refiere a una mujer que gusta de la “bareta” o la “maracachafa”, una consumidora de cannabis.
En la versión de Aterciopelados de 1996 los artistas del interior del país le agregan un término bogotano, heredado del lenguaje cumanagoto Caribe y resignificado en las altiplanicies cundiboyacenses: guaricha.
Anoche te vi
Había otro que te chequeaba
Montaste su moto
Te brindó chicle, también galleta
Prendió su motoneta
Y te marchaste con el mono
Del Lee, el overol y la chaqueta
Por eso tú eres
Turucunocolo, locurucutu
Culata, cucharambí
Baracunata, baracunatana
Y con el mono de la moto
Eran nueve que tenía
Y te ponían serenata
Lisandro Meza – Baracunátana – 1981
La bonanza marimbera fue corta y su declive se debe a múltiples factores como: el escalamiento de la guerra contra las drogas (con la campaña Dos Penínsulas), el bajo margen de ganancia comparado con drogas más sencillas de transportar, la adopción de técnicas de cultivo de cannabis casero en Estados unidos o la crisis del crack de 1980 (el periodista Gary Webb dijo que fue alentada por la CIA).
Geddy Lee, cantante, bajista y líder de Rush afirmó, en una ocasión, que: “¡Esta es básicamente una canción sobre fumar marihuana! Es un diario de viaje por todos los lugares del mundo donde se cultiva la mejor hierba. En ese sentido es una especie de alivio cómico”.
Para el guitarrista de esta banda, Alex Lifeson «¿Las cosas van mejor con la marihuana? A veces sí, a veces no. Puedes ser muy imaginativo cuando estás drogado, muy creativo, pero la implementación a veces es difícil. En el pasado, hubo momentos en los que me sentí realmente inspirado al escribir y se me ocurrieron cosas que de otra manera nunca pensaría. Pero la reproducción real puede obstruirse un poco”.
Our first stop is in Bogotá
To check Colombian fields
The natives smile and pass along
A sample of their yield
Sweet Jamaican pipe dreams
Golden Acapulco nights
Then Morocco, and the East
Fly by morning light
Rush – A Passage To Bangkok – 1976
La primavera alucinógena y la primera edad dorada del cannabis a pesar de su brevedad dejaron una impronta indeleble en múltiples géneros musicales. El Hip-Hop y sus subgéneros se han asociado popularmente al cannabis; sin embargo, desde muy temprano y recientemente con más fuerza, las exploraciones puramente alucinógenas han hecho presencia. Desde finales de los 80 raperos como Esham (pionero del horrorcore y el Acid Rap) han apoyado sus líricas en sustancias alucinógenas. Esham, incluso, grabó un álbum llamado DMT Sessions.
Lluvias ácidas y púrpuras
En otro caso, el dúo de raperos Leak Bros exploraron en su LP Waterworld la experiencia alucinógena con “angel dust” o fenciclidina (PCP, leak, purple rain, dust, wet, death, belladona entre otros nombres callejeros) de la que también fue usuario James Brown. Recientemente artistas como Flatbush Zombies o Chance the Rapper no solo han aludido al consumo, también a sus propiedades esclarecedoras, espirituales y terapéuticas.
My medulla oblongata’s too proper for rhyming stupid
But embalmeing fluid life’s got drama to it
Unusual pharmaceutical dip is a trip if you have the patience
If you go nuts dust is your travel agent
The bom-bom-monster of my genre
Swimming in purple rain Minnetonka
Leak Bros – Gimmiesumdeath – 2004
Chance ha afirmado que al menos el 30% Acid Rap es alegórico al LSD, para él es una droga para “encontrarte a ti mismo, hacerte preguntas y mierdas así, es como una autorrealización, una especie de droga para la epifanía”[24]. Esta canción fue seleccionada por el expresidente Barack Obama para su playlist de verano del 2016.
Kicked off my shoes, tripped acid in the rain
Wore my jacket as a cape, and my umbrella as a cane
The richest man rocks the snatch-less necklace
Spineless bitches in backless dresses
Wore my feelings on my sleeveless
My weed seedless, my trees leafless
I miss my diagonal grilled cheeses
Chance The Rapper – Acid Rain – 2013
Gil Scott-Heron, el “abuelo del rap”, “el primer rapero”, el poeta que acuñó la famosa frase “la revolución no será televisada”, músico y novelista y quien en la segunda mitad de su vida fue adicto al crack, compuso, junto a su habitual colaborador Brian Jackson, una espectacular canción antidrogas.
He was grooving
And that was when he could of sworn
The room was moving
But that was only in his mind
He was sailing
He never really seemed to notice
Vision failing
‘Cause that was all part of the high
Sweat was pouring
He couldn’t take it
The room was exploding
He might not make it
Angel Dust – Gil Scott-Heron y Brian Jackson – 1978
Este cover fue grabado por Tina Turner en dos versiones, una para la banda sonora de la película Tommy (1975) y la otra para su álbum en solitario Acid Queen. La película del director Ken Russel está basada en el álbum doble que The Who lanzó en el año 1969, álbum conceptual en el que narran, a modo de ópera rock, la historia de Tommy Walker, un niño al que su madre lava el cerebro para que olvide el asesinato de su padre adoptivo por parte de su padre biológico. Esto deja a Tommy privado de sus sentidos (excepto el tacto) y ajeno a la realidad.
El autor principal del álbum, Pete Townshend, ha dicho que Tommy representa al individuo moderno privado de autonomía, ciego, mudo y sordo. En Acid Queen los padres de Tommy lo llevan a una gitana que promete curarlo a través de sexo y LSD, la droga de la década (1960), considerada por muchos una puerta espiritual, un liberador de la mente. Sin embargo, en el relato de The Who, la reina falla en su intento de despertar a Tommy, según Townshend, debido a que la autocomplacencia (las drogas, el sexo o los excesos) no llevan al despertar.
If your child ain’t all he should be now
This girl will put him right
I’ll show him what he could be now
Just give me one night
I’m the gypsy, the acid queen
Pay me before I start
I’m the gypsy and I’m guaranteed
To mend his aching heart
Tina Turner (The Who) – Acid Queen – 1975
Phantastica mainstream
Es el rock, por supuesto, la amalgama musical más emparejada con los alucinógenos que son, además, el grupo de drogas que por sus efectos sensoriales y psicológicos (y/o espirituales), ha dejado unas marcas de identidad más fácilmente identificables en la música. Además de los incontestables clásicos de las décadas de los 60 y 70, la experiencia psicodélica se ha dejado notar en subgéneros de décadas posteriores como el stoner rock, denominado así, entre otras razones, por sus asociaciones con el cannabis.
Eslogan adoptado por la “cultura de la droga” desde los 60 hasta la actualidad
De este subgénero, Kyuss, Monster Magnet y QOTSA son exponentes tempranos y más recientemente Kadavar y Samsara Blues Experiment (2007) lo harían desde Alemania. A finales de los 90 el brit pop aportaría sonidos lisérgicos con The Verve y Kula Shaker y también de Reino Unido otra psicodelia atípica es la del trip hop abanderado por Portishead, Massive Attack, Tricky y desbordando sus límites Gorillaz.
Poco relacionados con los sonidos alucinantes, el grunge también ha incursionado en ellos de mano de Soundgarden (“Tighter and Tighter”), Temple of the Dog (“Reach Down”) y Pearl Jam (“Nothing as it Seems”, “Sirens”, “You Are”).
En el metal progresivo Tool y The Mars Volta han estirado el concepto psicodélico en múltiples direcciones. Al cambio de siglo, Radiohead volteó la mesa con amplias dosis experimentales y desde mitad de la década de 2010 las propuestas psicodélicas han proliferado.
En el mercado angloparlante llegó The War On Drugs, Tame Impala, Animal Collective, The Black Keys, Soulsavers, Israel Nash, King Gizzard and the Lizzard Wizard, Ruby The Hatchet, Portugal The Man, Michael Kiwanuka, Black Pumas y la no poca contribución de Danger Mouse como músico y productor entre muchísimos otros. Hay una sensación general de resurgimiento de las sonoridades psicodélicas, sin embargo, es probable que se deba a su articulación en sonidos más cercanos al pop y la música de consumo masivo como en el caso de Arctic Monkeys, The Weekend, Daft Punk, Lana Del Rey o Dua Lipa entre muchos otros.
«Understand, I’m not falling down»
I said, «Look around, the room’s taller now»
I can’t close my eyes, cause I see the sound in waves
In waves, lets me stay calm
If I don’t lose control
Explore and not explode
A preternatural other plane with the power to maintain
Like a tear in all we know
Once dissolved, we are free to grow
«What is human? What is more?»
I’ll answer this, when I get home
Pearl Jam – Severed Hand – 2006
Según Dave Wyndorf, líder y cantante de Monster Magnet, «No habría un Monster Magnet sin mi infancia psicodélica… Leí libros de Hunter S. Thompson y Tom Wolfe. Leí cómics como Zap y Doctor Strange. Amé el arte de Jack Kirby, Steve Ditko, Jim Steranko y Gene Colan. Vi películas de Russ Meyers en el autocine. Mi mentalidad psicodélica se formó antes de tomar LSD. Fue la música y las imágenes las que impulsaron mi idea de un viaje ácido. Por supuesto, me sumergí de cabeza y pronto experimenté con la droga en sí”.
We are all here my friend
All dogged all spaced but all so beautiful
We burn that mountain down
And always pump for peace when possible
We bite ourselves and bite our dogs
And stretch the flesh unmovable
We are all here my Friends
Alive and spaced but all so beautiful
Monster Magnet – Dopes To Infinity – 1995
Para Crispian Mills, líder y cantante de Kula Shaker “la psicodelia en su sentido más puro, dejando de lado todas las asociaciones con las drogas, se trata de la expansión de la mente, encaja muy bien con el concepto hindú de trascendencia. Ambos quieren llevarnos más allá de lo que ya conocemos, a un territorio nuevo, una experiencia nueva, una perspectiva nueva. Se complementan”.
Tattva, acintya bheda abheda tattva (4x)
At the moment that you wake from sleeping
And you know it’s all a dream
Well the truth may come in strange disguises
Never knowing what it means
Kula Shaker – Tattva – 1996
Here it comes
So say goodbye
To all you’ve known
Throughout your life ‘cause
You’ve opened up your mind’s front door (x2)
You took a pill
To make you more
But has it worked
The way you thought of
Richard Hawley – Doors – 2019
Lastres legales
La psicodelia nunca abandonó la música, el cine u otros formatos artísticos. No obstante, en el terreno médico los alucinógenos están saliendo de la marginación a la que las consideraciones legales los sometieron y que limitan y han retrasado por décadas necesarios estudios clínicos.
A finales de los 50 el doctor Humphry Osmond trató a alcohólicos con terapias de LSD que alcanzaron alto éxito (50 %) y en varios países de Europa el ácido fue usado también en terapias psicoanalíticas. El doctor Oscar Janiger estudió el uso de DMT en terapias psicológicas y sesiones artísticas y creativas. Estas y otras iniciativas acabaron cuando en los 70 muchas de estas sustancias entraron en la lista 1 (o A en algunos casos de Europa) de estupefacientes y en el Convenio de sustancias psicotrópicas de las Naciones Unidas.
Algunos estudios se han hecho a cuentagotas a pesar de las restricciones legales y en parte, gracias a excepciones incorporadas en las mismas. En las últimas dos décadas, aparentemente, hay un repunte tal vez impulsado por el flagrante fracaso de la guerra contra las drogas y la segunda edad de oro del cannabis. La transformación de la narrativa popular en torno a los beneficios de los cannabinoides se ha venido replicando con los alucinógenos. Algunos alucinógenos y cannabinoides estimulan la neurogénesis y nuevas conexiones sinápticas. Además, están siendo usados para la rehabilitación de adictos al tabaco, alcohol y drogas, tratar el síndrome de estrés postraumático, la ansiedad y la depresión, así como la “depresión resistente al tratamiento”, una clase de afectación que no responde a la farmacología ortodoxa. En algunos casos también pueden ayudar a eliminar pensamientos suicidas y se ha observado una mejoría estable durante distintas extensiones de tiempo (meses) en el estado emocional de personas que consumen hongos mágicos o yagé.
Los alucinógenos son algunas de las drogas menos demonizadas por la sociedad en general. En la mayoría de casos no resultan adictivas y en las distintas mediciones su impacto social negativo es siempre de los más bajos. Con algunas pocas excepciones como en el caso de la Salvia divinorum o el PCP, la experiencia psicodélica es narrada en términos gratificantes e incluso, transformadores. En el documental Buen viaje: aventuras psicodélicas, Sting comparte su experiencia con los alucinógenos:
“Creo que es una experiencia valiosa… Siempre que tenía un mal viaje, y he tenido muchos, siempre me daba cuenta de que era algo que necesitaba. Por otro parte, puedes tener experiencias muy gratificantes y sentir mucho amor y apoyo, una sensación de optimismo y una sensación religiosa de conexión con el planeta, entonces, creo que todo se equilibra”
Hay un río y es muy grande
Dejen que nos lleve de regreso
Hay que comprender y unirse
A todas las cosas que son de la tierra
Empezar a comprender el equilibrio
Que está alrededor de nosotros
Y aprender a ver…
Jaguares – El Equilibrio (parte 2) – 1996
[1] Un apóstol declarado del LSD con innumerables contactos en el FBI, la CIA y el ejército norteamericano. Se dice que junto a Osmond, consumió LSD junto a líderes políticos y figuras públicas influyentes con el ánimo de lograr la paz mundial a la vez que participaba en el mercado de uranio. Para profundizar consultar el libro Acid Dreams.