TIERRA ARRASADA, TIERRA QUEMADA

El origen del término “tierra quemada” proviene seguramente de la práctica de quemar los campos de cereales durante las guerras y conflictos en la Antigüedad. Sin embargo, no se limita en absoluto a cosechas o víveres, sino que incluye cualquier tipo de refugio, transporte o posibilidad de suministro al enemigo.
Después de muchos años de envenenar la tierra del país, en 2015 el Estado colombiano debió suspender el programa de fumigación con glifosato a cultivos de uso ilícito. Las fumigaciones con herbicida afectaban severamente el medio ambiente y también otros cultivos de pancoger, además se evidenciaron afectaciones en campesinos e indígenas que habitaban lugares cercanos a las fumigaciones.
A principios de 2018 el gobierno estimó que en Colombia el total de superficie cultivada en coca era de 180.000 hectáreas, para 2019 el estimado llegó casi a 200.000 hectáreas. Según el más reciente informe de la UNODC, Colombia tiene el 71% de los cultivos de coca de la región Andina, muy por encima de países como Perú y Bolivia.
A partir de esas mediciones el Estado colombiano presentó una meta de erradicación de 80.000 hectáreas erradicadas por año, de esa meta a mitad del año se han erradicado 19.251 hectáreas.