Con toda la muerte al aire
“Esa mujer estaba desnuda. Una diosa, y desnuda, y muerta. Con toda la muerte al aire”
El párrafo forma parte del texto que el periodista argentino desaparecido Rodolfo Walsh escribió en 1955 sobre el secuestro del cadáver de Evita, una de las mujeres más trascendentes de la historia Argentina. De toda esa potencia, la fotógrafa argentina María Eugenia Cerutti extrajo tres elementos: una pregunta abierta sobre las mujeres, un espíritu de época y un título.
Con toda la muerte al aire’ es una investigación visual sobre la muerte de Alcira Methyger, asesinada por su pareja Jorge Burgos. Fue el mismo año en que Walsh escribía, el país sufría un golpe de Estado y ocurría el bombardeo a población civil en Plaza de Mayo, a metros de la casa de gobierno: 1955.
Aunque el asesinato de Alcira fue uno de los hechos más resonantes de la historia criminal argentina, tuvo que pasar más de medio siglo hasta que pudiéramos poner en palabras lo que había ocurrido. Femicidio. Lo de Alcira fue un femicidio.
Por aquel entonces al caso se lo conoció, en cambio, como “el caso Burgos” o como “el descuartizador de Barracas”. La primera noticia al respecto fue cuando un sacerdote encontró un torso envuelto en papel madera en Hurlingham, Provincia de Buenos Aires. Después, en una localidad cercana, aparecieron dos piernas dentro del mismo tipo de papel. En el Riachuelo, la Prefectura encontró un canasto con un cráneo, dos brazos y parte de un muslo.
Demoraron un poco porque no se contaba con demasiada tecnología pero finalmente reconocieron a Alcira y supieron que trabajaba como empleada doméstica en el barrio porteño de Barracas. Después identificaron al feminicida: Jorge Eduardo Burgos, un hombre de 30 años que trabajaba para la empresa papelera de su familia.
Cerutti es fotógrafa, estudió Ciencias de la comunicación y es autora del libro Kirchner fotografías y coautora del libro 132000 volts, el caso Ezpeleta, por el que ganó el Premio de la FNPI Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Trabajó en el diario Clarín desde 1998 hasta 2016.
Para ‘Con toda la muerte al aire’, Cerutti hizo un profundo trabajo de archivo e investigación. Se aproximó al caso mediante cuatro archivos principales: el Archivo General de la Nación, el expediente del caso (que está expuesto en el Museo de la Policía Federal), el Archivo de Clarín y de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional. “La intención siempre fue este límite muy delgado entre ficción y realidad”, cuenta.
“Mi objetivo fue encontrar imágenes que pudieran reconstruir una época pero que, a la vez, fueran disparadoras de otros sentidos: cuando menos clausurantes y más abiertas y evocativas en lo semántico fueran, más me interesaban”, reconstruye.
En su cabeza resonaba como referencia Evidence, de Larry Sultan y Mike Mandel. Buscó repensar cómo se trataron los casos en el pasado, reinterpretar los discursos. La idea no era contar “un caso alejado” sino poner sobre la mesa las repercusiones en lo contemporáneo. Así, entender “cuáles son las maneras de aceptación o de crítica de esos hechos, cómo es el uso del lenguaje”.
Cuando encaró el libro, el proceso creativo fue en equipo: Cerutti, Ricardo Baez y Martín Bollati. El proyecto está compuesto por dos libros: uno es la reedición del escrito que el propio Jorge Burgos escribió desde la cárcel. En él, cuenta Cerutti, el femicida relata el romance y termina admitiendo el crimen: “Si bien es la voz del asesino, es un discurso que nos interesó publicar porque sigue estando en la cabeza de muchos: los femicidios siguen ocurriendo”. El otro libro, que dialoga en tensión, es una crónica visual que reúne, reinterpreta y resignifica material de archivo, fotografías intervenidas y textos de diarios y revistas de la época. Se puede comprar online desde cualquier parte del mundo o en las más grandes librerías de Argentina
Uno de los debates con los que se encontró la fotógrafa fue la crudeza de las imágenes forenses del cuerpo de Alcira. “Son inmirables”, describe. Sin embargo, ahí están, expuestas en el Museo de la Policía mientras la cara de Burgos aparece protegida. “Con esas imágenes siempre me interesó hacer algo y entonces encontré el gesto artístico de retomar una técnica que se usaba para marcar lo que se publicaba y lo que no. Usé ese mismo gesto al revés para tapar las partes del cuerpo de ella, las transformé en una pieza visual nueva”, relató.