¿Cómo serían los santos cristianos si hubieran nacido en las orillas del Pacífico colombiano? ¿Cómo serían sus vidas? ¿Sus casas? ¿Sus rituales? Yeison Riascos está seguro: «Si San José hubiera nacido en Buenaventura sería un pescador o un desempleado más». Artista visual y fotógrafo, Yeison nació en esa ciudad-puerto colombiana, hace 35 años, y creció leyendo la Biblia con su mamá, una gran Biblia ilustrada por el francés Gustave Doré, que lo inspiró para empezar a dibujar.
A esa Biblia tuvo que volver para preparar su proyecto, un conjunto de fotografías escenográficas en las que reconstruye imágenes propias del imaginario católico con hombres y mujeres de su comunidad.
En los últimos años, Buenaventura se ha puesto peligroso. Cualquier niño ha visto alguna vez, una cabeza o un brazo sin cuerpo, perdido entre las olas o en un camino solitario. Amigos queridos han empezado a desaparecer. El agua es un lujo de dos horas al día. Pero nadie parece estar prestando atención.
Yeison quiere mirar a sus vecinos como se mira a lo sagrado: por eso retrata como si fueran vírgenes a las mujeres de Buenaventura que venden pescado en las calles durante todo el día. «Es una serie de mujeres urbanas divinas», dice. Empezó a observarlas con especial atención cuando las cruzaba en la calle. «A veces las miraba y tenían la posición de muchas de las vírgenes que se han pintado en la historia del arte, como las de Murillo, Trinidad… vírgenes que tenemos en Latinoamérica y otras que hay en Europa y que vemos en óleo en grandes cuadros», relata.
Entonces, se les acercaba y les decía: «Usted se parece mucho a la Virgen de Lourdes». Ellas levantaban la mirada, sentadas con su platón de pescado. Una mirada que muchas veces era de desesperación. «Yo me decía Ey, hay que prestar atención a estas mujeres, porque son mujeres guerreras. Con las fotos quise santificarlas».
Otras fotos cruzan imágenes religiosas con el principal objeto de deseo de los jóvenes de Buenaventura: los tenis de marca. Entonces, Yeison pone frente a la cámara a un joven cardenal afro, con auriculares al cuello y un par de Nike Air Jordan como cáliz. «La juventud de Buenaventura se deja consumir muchísimo por el marketing, el capitalismo. Trabajan muy fuerte para conseguir un par de zapatos. Dejan de compartir con sus familiares si no tienen un par de zapatillas de moda. Pueden ser Nike o Adidas, que son las más conocidas», dice Yeison. «Colocar esta fotografía, de algún modo, fue decirles a ellos: Ey, están pasando por encima todo por tener unos tenis».
Las zapatillas también rodean al joven de otra de las fotos. Lleva puesta ropa deportiva y por encima, un típico traje africano. La imagen se llama «Transición». Yeison se identifica con esta escena, entre lo contemporáneo y lo ancestral. «Acá es muy común que a los jóvenes no les guste la música del litoral pacífico que es con marimbas, el bombo, instrumentos típicos, pero es más fácil que les guste el género urbano, reguetón, el trap, y es más fácil que conozcan esa música que la tradicional», se lamenta. «Todo el mundo es libre de escuchar lo que quiera pero está desapareciendo la música típica y puede ser un problema para más adelante. En esa foto podemos leernos a todos nosotros siendo afrodescendientes. Pero también vemos que el capitalismo está presente y no suelta a ninguna cultura».
