Entrevistas
Rocío Celis
Perú -
octubre 10, 2022

Todo álbum familiar es una herida abierta

Rocío Celis prepara el fotolibro “Carne para los leones”, donde retrata los abusos y la violencia machista que vivió en su hogar. El proyecto combina retratos, textos, testimonios y fotos intervenidas de su álbum familiar, para contar una historia que muchas peruanas conocen íntimamente: la de una sociedad que hace muy poco por defender la vida y los derechos de las mujeres.

Por Alonso Almenara

“Carne para los leones” —el título que Rocío Celis escogió para su primer proyecto de fotolibro— viene de una frase que la fotógrafa peruana escuchó decir alguna vez a su abuela. Luego se enteraría de que esa fue la expresión con la que su abuelo recibió a su madre, recién nacida. Hay en ella una violencia que Celis asocia a casi todos sus recuerdos de infancia, y a las historias que le contaron las mujeres de su familia. 

“De niña siempre vi y experimenté violencia física, psicológica, sexual, en mi casa y en mi entorno», cuenta Celis. «Vi lo que le sucedía a mi mamá, a mis abuelas. Siempre escuché las historias».

En 2018, empezó a fotografiar a su abuela materna, mientras ésta le contaba relatos que le recordaban sus propias vivencias de abuso. Poco a poco, fue volteando la cámara para autorretratarse. A la par, captaba imágenes de objetos cotidianos en la casa en la que había crecido. “Esa casa me hablaba. Veía huellas que conectaban con mi propia experiencia, con las heridas”. 

Celis recuerda que con la adultez “llegó un momento en el que empecé a prestar más atención a mi contexto familiar, a la sociedad en la que vivo, a mi cuerpo femenino”. A partir de entonces, decidió usar la fotografía para “hablar de la mirada que han tenido los hombres de mi familia hacia nosotras. Del miedo”.

“Carne para los leones” combina retratos, textos, testimonios y fotos intervenidas del archivo de la familia de Celís. El trabajo incorpora también materiales que mapean los lazos entre la violencia que se ejerce en la esfera familiar y la pública: discursos de políticos en torno a la mujer, guiones de programas de televisión nacional. “Encuentro que el testimonio de mi mamá o el de mi abuelo repiten esos mismos patrones”, observa Celis. “Ese cruce de discursos me pareció muy potente, porque nos recuerda que el espacio público y el doméstico no están realmente separados”.

Ayahuasca Musuk

Rocío Celis

“Me interesó usar la fotografía para hablar de la mirada que han tenido los hombres de mi familia hacia nosotras. Del miedo. Algunas de las imágenes pueden resultar asfixiantes, pero siento que ese es el peso que tiene la problemática”.

La fotógrafa peruana prepara este trabajo como parte de sus actividades en la plataforma educativa Sub y en Campo Fotolibros, institución de la que es becaria. Es un proyecto que busca interpelar, confrontar. “Algunas de las imágenes pueden resultar asfixiantes, pero siento que ese es el peso que tiene la problemática”, comenta. En Perú, el año pasado, 147 mujeres fueron víctimas de feminicidio, y 1.435 niñas menores de 14 años se convirtieron en madres, debido a la violencia sexual. Cifras que se suman a un saldo de 12.984 mujeres reportadas como desaparecidas en el mismo periodo. 

“El violador, el agresor de mujeres (…) es un hombre que se desenvuelve en una sociedad con cultura machista, que le ha dado privilegios que lo hacen sentir en capacidad y derecho de ‘poseer’ a las mujeres”, comenta Hugo Ñopo, investigador principal del Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE) y coautor, junto a Josefina Miró Quesada, del libro Ser mujer en el Perú. “La violencia de género tiene en su base las diferencias de poder que la propia cultura establece y que coloca a las mujeres en desventaja y en estado de vulnerabilidad sobre sus cuerpos”, declaró el especialista a France24.

“En Perú la situación de violencia contra la mujer es aterradora, pero estamos como anestesiados”, observa Celis. “Los medios siempre comunican la problemática de la misma forma, con cifras que no permiten visualizar la gravedad de lo que ocurre”. Para ella, la fotografía puede ser una herramienta clave para incidir en esa realidad, pues conecta con las emociones, con la memoria: “Todos tenemos un álbum de fotos familiar, por ejemplo”. Celis espera que, al ver su trabajo, los espectadores se reconozcan a sí mismos: que identifiquen que en ese álbum familiar, en esa historia particular, está contenida la historia de todo un país.

Rocío Celis