Karina Aguilera Skvirsky nació en Estados Unidos pero es también ecuatoriana. Toda la vida vivió en ese espacio ambiguo: ni totalmente afro, ni totalmente blanca. Latina en su país natal, gringa en el país de sus bisabuelos, miles de veces respondió la misma pregunta: ¿pero tú, de dónde eres realmente?
Su madre emigró de Ecuador a Estados Unidos en la década del 60. Allí conoció al papá de Karina, norteamericano descendiente de judíos ucranianos. De esa combinación salió esta artista visual de tez blanca y pelo crespo acostumbrada a dar explicaciones sobre sus orígenes.
Creció escuchando historias sobre el viaje de su bisabuela María Rosa, que en 1905, cuando todavía era una adolescente, dejó su casa en el Valle de Chota para llegar hasta Guayaquil, donde tuvo a sus hijos y trabajó como empleada doméstica de una familia adinerada. ¿Por qué no fue a Quito, que era más cerca?, se preguntó Karina: porque en la capital ecuatoriana el racismo contra la población afro era mucho mayor.
Karina investigó durante años el viaje de su bisabuela, esa niña descendiente de africanos esclavizados que llegaron a Ecuador para trabajar en las caña de azúcar. ¿Cómo fue ese viaje? ¿Cuántos kilómetros hizo a pie? ¿Cuántos en burro? ¿Se cruzó en el camino con los obreros que construían el famoso Ferrocarril Transandino? Pasó largas horas buscando en archivos y se encontró con las fotos que documentan la construcción del ferrocarril, un proceso que empezó en 1890 y terminó en 1908 y en el que murieron cientos de trabajadores indígenas e inmigrantes jamaiquinos.
Del cruce de esas dos historias la personal y la nacional, –la de María Rosa y la de la gran obra de ingeniería que transformó a Ecuador– nacen dos proyectos hermanos: Los obreros del ferrocarril – El peligroso viaje de María Rosa Palacios, en los que Karina se mueve entre la ficción y el documental, la performance y la entrevista, el registro histórico y la intervención juguetona de las imágenes.
El resultado es, por un lado, una colección de imágenes del archivo histórico en las que los trabajadores de principio de siglo se funden en el paisaje serrano actual, un paisaje que ellos ayudaron a construir y al que Karina se acercó primero con otros ojos, como parte del location scouting para el vídeo en el que ella, desde ese lugar ambiguo que habitó toda su vida, vuelve sobre los pasos de su bisabuela para reconstruir ese primer viaje adolescente.
El trabajo completo se puede ver en la web de Africamericanos.
