Textos
Cora Gamarnik
Argentina -
marzo 02, 2024

La rebeldía (in)visible

¿Qué hacemos para ser visibles? ¿Cómo nos mostramos a las y los otros?  ¿Qué estrategias elegimos para que se expresen nuestros reclamos y denuncias? ¿Cuál es la visualidad que adoptan las distintas protestas sociales?

Por Cora Gamarnik

En los últimos años, en América Latina, fuimos testigxs de gran cantidad de manifestaciones que mostraron despliegues visuales inéditos y creativos, demandas que incluían nuevos modos de expresión. Sobre todo a partir del protagonismo que adquirieron las manifestaciones de las mujeres y las disidencias sexuales. Por su dinamismo, su masividad, su capacidad de movilización y sus rupturas respecto de las formas tradicionales lograron revertir el espacio marginal e invisibilizado que habían ocupado históricamente.

Ayahuasca Musuk

Foto: M.A.F.I.A.

Los feminismos expusieron sus demandas transformando los modos habituales de protesta, ocuparon el espacio social reinventando formas y contenidos. Nuevas marcas estéticas, expresiones artísticas, performances, instalaciones, acciones vinculadas a lo teatral, a la danza, al carnaval. Una amplia gama de prácticas de intervención en el espacio público que muchas veces se expresaba de forma lúdica. Así mostraron sus formas de pensar, de sentir, su hartazgo y su rebeldía en contraste con las formas de manifestaciones tradicionales. Las fotos nos lo cuentan. Nos hablan de colores, banderas, consignas, carteles caseros. Nos muestran cuerpos que a veces fueron el soporte mismo de las consignas, cuerpos como banderas, cuerpos pintados, intervenidos, desnudos. Nos muestran la ropa, los maquillajes, las formas de reunirse. El resultado es un arte de protesta expuesto en calles, monumentos, paredes y cuerpos, un arte que se transforma en un museo vivo, activo y cambiante a cielo abierto.

Ayahuasca Musuk

Foto: Sub Cooperativa

Las protestas sociales adquirieron una dimensión visual que necesitaba de toma de decisiones, diseños y una organización para ser llevada a cabo. Las marchas feministas generaron rituales previos. Ir a una manifestación era también ir a una fiesta, un rito, un encuentro especial. Había una ‘previa’ en la que se preparaban para el evento, una reunión para vestirse juntas, ponerse glitter, practicar un maquillaje mutuo, armarse vinchas, buscar y compartir ropa de color verde o violeta, pintarse las uñas haciendo juego. Todo un ritual preparativo. La forma de entrelazar la subjetividad propia con un sentimiento colectivo. En definitiva la creación de un nosotrxs.

La llamada ‘marea verde’, en Argentina por ejemplo, tiñó justamente de ese color el espacio público y las redes sociales. Los pañuelos atados en las mochilas, en la muñeca, alrededor del cuello, como un top, brazalete o en la cintura. Sostenidos en alto por miles de manos se transformó en el signo por excelencia de la lucha por el aborto legal seguro y gratuito. Pecheras, prendedores, cintitas, remeras, collares, carteras…infinitas formas de uso, soportes y materialidades crearon una imagen vital, alegre, festiva que se expandía. Fiesta y baile fueron parte de esa lucha por la visibilidad. Formas de cuidado, identidad y lazo social se fundieron en un mismo acto. 

Las estrategias de visibilidad adoptadas fueron estéticas y políticas. Buscaban diversas formas de apoyo pero también de confrontación, de agitación, de provocación. Muchas de las formas elegidas quedaron expuestas a la demonización, a la información sesgada o confusa, a la presentación estereotipada y prejuiciosa de los hechos y de sus protagonistas.

Foto: M.A.F.I.A.

La búsqueda de visibilidad suele chocar frontalmente con lo que los distintos poderes tratan de invisibilizar, de arrebatar, de eliminar. Muchas veces se intentó desprestigiar y/o tergiversar el sentido de una manifestación. Se puso el eje en aspectos secundarios o marginales, se habló del caos del tránsito, del desorden y la suciedad en vez de analizar las razones que la provocaban. Se asociaron las protestas a la violencia y se ignoraron los motivos que las produjeron. Se buscó distorsionar el sentido de las mismas con el afán de minimizarlas.

Ante el intento de desacreditarlas, la indiferencia y/o la invisibilidad las mujeres y las disidencias sexuales redoblaron las acciones colectivas, entretejerse con otrxs, combinar denuncia y baile. Encontraron para ello formas disruptivas e ingeniosas. Algunas veces adoptaron elementos de la tradición carnavalesca, otras fueron herederas de la cultura pop, en ocasiones repusieron en escena tradiciones identitarias. Contrarrestando las miradas exóticas, depresivas, derrotadas o anquilosadas en el tiempo, las fotos de esas manifestaciones nos hablan de vitalidad, de juego, de nuevas formas creativas que irrumpieron en el espacio público.

Toda manifestación es un espacio que se juega entre lo individual y lo colectivo, un modo de conexión que permite construir solidaridades, complicidades. Formas de afectividad, sostén, apoyo y organización. Mientras dura la manifestación lxs participantes son algo más que su mera individualidad, conforman un nosotrxs.

Foto: Sub Cooperativa

Al mismo tiempo, las movilizaciones tienen un carácter necesariamente efímero y circunscrito a un contexto y a un tiempo determinado. Las fotografías logran hacerlas perdurar. Una acción solo visible en espacios cercanos se expande. La imagen la transporta, la sintetiza, logra ampliar el circuito íntimo y ponerlo a consideración de otrxs. La fotografía es una aliada indisoluble de acciones efímeras, pegatinas, pintadas, intervenciones en monumentos, carteles precarios, grafitis. Los congela, logra que permanezcan, que circulen, que viajen. La imagen se transforma, se hace posteo, meme, perfil de whatsapp, historia de instagram, se actualiza su sentido y se re-contextualiza. 

Así se logra amplificar la protesta.

La lucha por la visibilidad es siempre una lucha por el reconocimiento. Por asumir la voz propia, por dejar de ser narradxs por otrxs. Sacarse selfies, ser protagonistas y fotógrafas al mismo tiempo, es una forma de producir la propia representación. 

La protesta en sí misma se transforma es un medio de expresión.

Ayahuasca Musuk

Foto: Natalia Roca