Textos
Jerónimo Rivero
Argentina -
octubre 04, 2022

Objetos que cuentan historias: Arqueologías del exilio

En la larga historia del conflicto armado en Colombia, mucha gente tuvo que huir hacia otros países. Sin embargo, conocemos poco de ese fenómeno que ha sido, en buena cuenta, invisibilizado. Como parte del trabajo de la Comisión de la Verdad, se desarrolló un proyecto que busca cambiar esa percepción: Arqueologías del exilio. En Argentina fue presentado como una exposición de fotografías, audios y microrrelatos que cuentan historias de objetos que acompañaron a miles de colombianos en su exilio.

Por Marcela Vallejo

“La linterna fue el objeto que le permitió salvarse”, cuenta el curador y fotógrafo Nicolás Pousthomis, quien se encargó de curar la exposición Arqueologías del exilio en Buenos Aires, resultado de un proceso del mismo nombre desarrollado por la Comisión de la Verdad en Colombia. Ese objeto, que apareció en la exposición, llamó mucho la atención de Pousthomis, pues fue el instrumento de la huída: “Con ella, esta persona pudo alumbrar el camino durante su huida por la selva y ahuyentar a animales.” 

Arqueologías del exilio fue un proyecto de la Comisión que se desarrolló en varios países, en espacios llamados “Nodos”, donde se fomentaba el encuentro entre colombianos exiliados, algunos pertenecientes a organizaciones civiles en el extranjero. En cada Nodo se hicieron ejercicios de memoria para reconstruir las trayectorias de estas personas a partir de objetos que llevaron consigo en su viaje.

En 2016, después de más de 50 años de conflicto armado, el estado colombiano firmó el Acuerdo Final con la guerrilla de las FARC-EP, con el que se cerraba un ciclo de diálogos y negociaciones que había empezado cuatro años antes. Como parte del Acuerdo, en 2017 fue creada la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, un mecanismo temporal y extrajudicial, pues tendría un periodo de acción y sus resultados no serían penas, condenas o juicios.

Jerónimo Rivero

“Les dieron dos o tres horas para irse del pueblo. Ella salió con lo que tenía puesto. Llevó a su hija y al oso Nico, porque las iban a matar, o no sabe, pero cree que sí.”

Microrrelatos. Arqueologías del Exilio

La Comisión de la Verdad entregó en julio de este año su informe final, un documento de 800 páginas que dar a conocer los resultados de su gestión: registra detalladamente lo ocurrido en términos de abusos a derechos humanos y hechos delictivos que sucedieron durante los 52 años de un conflicto armado que acabó con la vida de aproximadamente 220.000 personas y desplazó hasta 5 millones de personas. Como parte de ese trabajo —y de manera novedosa para el proceso de memoria histórica que se ha desarrollado en Colombia—, la Comisión abordó un suceso poco estudiado hasta el momento: la huida de víctimas hacia otros países. Es decir, el exilio.

Un fenómeno del que casi no se habla, a pesar de que en el país todos conocen a alguien que se tuvo que ir para proteger su vida o la de sus familiares. Como muestra el documento, la invisibilización del exilio colombiano no solo tiene que ver con el subregistro de partidas, sino también con el hecho de que no se lo reconoce como una violación de derechos humanos.

En el caso de Argentina, el Nodo reunió a varias organizaciones de exiliados. Los participantes contaron sus historias con objetos que consideran representativos de su trayectoria. El proceso fue coordinado por el colombiano Esteban Andrés Trujillo, estudiante de derecho, quien también participó haciendo entrevistas. El registro incluyó testimonios y fotografías que finalmente fueron presentadas en una exposición curada por Nicolás Pousthomis, y que estuvo abierta al público hasta el pasado 18 de septiembre en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. 

Jerónimo Rivero

El fotógrafo, periodista y profesor argentino Jerónimo Rivero se encargó de hacer las fotografías. Según Pousthomis, los guió el concepto de arqueología: las fotos de Rivero fueron hechas de manera “casi científica, aislando el objeto y buscando retratar su esencia”. Después, Rivero retrató a cada persona con su objeto, pero sin dar señas de la identidad de esa persona: no solo para protegerlas, sino también para evitar una vinculación directa entre objeto e individuo y permitir así que otras personas pudieran identificarse. Lo que puede verse en esta serie son manos y otras partes del cuerpo de la persona interactuando con el objeto. Finalmente, Rivero hizo fotos del objeto en su contexto natural de uso.  

La exposición estuvo acompañada de una serie de microrrelatos en audio y texto. Ese trabajo estuvo a cargo de Yenifer Galindo, trabajadora social colombiana que emigró a Argentina. En la exposición y en el material impreso que resultó de ella, los microrrelatos no aparecen junto a los objetos: una idea que permite que el espectador busque, arme historias, y logre apropiarse de lo que estos objetos cuentan. 

 

Su muñeca la acompaña siempre. Cuando está triste, la abraza y se siente feliz. Se le ocurrió llamarla Betty por una novela colombiana, pero su muñeca no es fea y ella no la cambia por nada.

Microrrelatos. Arqueologías del Exilio

 

Jerónico Rivero