Los hermanos Ochoa Janampa ingresan a la iglesia de Accomarca para velar los restos de su madre Lorenza y su hermanos Damasa y Toribio quienes fueron asesinados en agosto de 1985. Mayo 2022
Entrevistas
Retratos de memoria
Perú -
junio 29, 2022

Retratos de memoria

Entre mayo de 1980 y noviembre del 2000 Perú vivió una guerra interna entre el movimiento subversivo maoista Sendero Luminoso y el estado Peruano. En el medio, y como en muchos otros lugares, quedó la población civil que fue víctima de crímenes terroristas de lesa humanidad y violación de derechos humanos por parte de agentes del estado y de ese grupo subversivo. Según cifras oficiales, este conflicto “tuvo como consecuencia 229 mil víctimas civiles, policiales y militares, 5,712 mil comunidades que sufrieron arrasamientos y pérdidas, y 159 organizaciones de personas desplazadas, según información del Registro Único de Víctimas (RUV)”. El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y Sitios de Entierro (RENADE) a enero de 2022 ha registrado 21.647  personas desaparecidas, de las cuales se ha concluido la búsqueda de 1858.

En 2001, y a pesar del estado de inestabilidad nacional, se creó la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, encargada de investigar los crímenes y violaciones ocurridos durante el conflicto armado interno. Unos años después se creó la Comisión Multisectorial de Alto Nivel para las Reparaciones (CMAN). En el 2016, con el apoyo de esas instituciones Jesús Cossio, Alejandro Olazo e Illari Orccottoma iniciaron el proyecto Retratos de memoria.

Jesús Cossio es dibujante, trabaja desde hace varios años haciendo cómics sobre casos reales de la violencia política en Perú. Gracias a ese trabajo lo contactaron de la CMAN, con quienes trabajó durante varios años haciendo talleres para que niños, de zonas históricamente afectadas por la violencia, contaran algunas de las historias que habían escuchado de sus padres y parientes mayores, sus recuerdos, memorias u opiniones sobre el conflicto. Después le solicitaron hacer retratos hablados de personas desaparecidas que no tuvieran fotos o que tuvieran fotos deterioradas. 

Así empezó Retratos de memoria, proyecto en el que también son parte el fotógrafo Alejandro Olazo y la productora Illari Orccottoma. Alejandro hace fotografía desde hace 10 años y uno de los temas que más le interesa es registrar el proceso del post conflicto en Perú. Particularmente, lleva trabajando entre 6 y 7 años en lo relacionado con la búsqueda de personas desaparecidas. En esa búsqueda se contactó con Katherine Valenzuela de la CMAN y fue ella quien lo puso en contacto con Jesús. Illari Orccottoma es una productora que viene del mundo audiovisual, trabaja en producción de películas. En este proyecto es quien acompaña y asesora en logística para desarrollar el proyecto. Ella es clave a la hora de diseñar estrategias metodológicas de trabajo y de difundir toda la labor que desarrollan. 

 

 Acompañamiento de la exhumación de algunos cuerpos del caso Zevallos, realizada por el Equipo Forense Especializado (EFE) en compañía de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Junio 2021

Trabajo de recolección de datos, en la región de Junín, durante la exhumación de la familia Zevallos, quienes fueron asesinados por Sendero Luminoso. Junio 2021.

¿Por qué eligieron los retratos?

Jesús: fue una idea que se le ocurrió a Katherine Valenzuela de la CMAN, y nosotros desarrollamos el método. En Perú la cantidad de desaparecidos es enorme, la particularidad es que muchos son campesinos quechuahablantes de quienes hay registros precarios. Quienes los registran son sus familias, pero para algunas instancias estatales y sociales, no existen.

El proyecto surge porque los juicios se están haciendo 25 o 30 años después, así que en las audiencias judiciales, los familiares suelen pararse en las puertas de donde se están llevando a cabo los juicios y es muy simbólico tener la foto de un familiar. Entonces, este proyecto se pensó primero para que tengan una imagen que mostrar durante las audiencias y luego se ha extendido a otras maneras de expresar esa presencia.

Familiares directos de las víctimas del caso Accomarca son fotografiados para usar su fisonomía y rasgos que servirán,

junto con sus testimonios, de base inicial para crear los retratos.

Registro de una de las pocas fotografías de la víctima que guardaba una de las familias del caso Accomarca. Esta foto, junto al testimonio de los familiares, se usó de base para proponer un retrato.

Pueden contar un poco de cada una de las fases del proceso. Se empieza con un registro de testimonios, ¿cierto?

Alejandro:  nuestra primera aproximación con el proyecto, en general, fue con esta entrega de restos que fue hace poco del caso Accomarca. Cuando nos propusieron iniciar el proyecto, nos acercamos a la Asociación, ellos tienen un local aquí en un distrito llamado Ate-Vitarte en la periferia de Lima. Participamos en una asamblea en la que le explicamos a los señores y a las señoras que nosotros teníamos la intención de crear estos retratos junto con ellos, porque ellos con los recuerdos que tienen, con algún tipo de imagen deteriorada eran quienes nos podían dar un pie para poder realizar este primer boceto del retrato.

En ese encuentro acordamos regresar para poder hacer algunas entrevistas con calma. Después hicimos unas tres o cuatro entrevistas. El familiar que participe tiene que ser alguien cercano a la persona desaparecida, porque lo primero que consultamos es quién se parece al familiar que desapareció, en qué se parece en los ojos, en la nariz, en los pómulos, en todo el rostro, en el color de piel. Esos datos nos sirven para que Jesús pueda imaginar el retrato de la persona. Yo hacía un retrato fotográfico y tomaba rasgos de la persona retratada y junto con los recuerdos que nos daban la entrevista se podía hacer un primer boceto. Además hacía fotos de perfil y de medio cuerpo para tener más detalles. También registro todo el proceso de acercamiento y conversación con las personas.

Ayahuasca Musuk

Retratos finalizados

 Osarios en la ex base militar minutos antes de ser enterrados, Mayo 2022

¿Cómo es emocionalmente ese momento de las entrevistas?

Jesús:  hemos trabajado en dos casos, el primero es emblemático, el caso Accomarca, se trató de un asesinato de 69 personas entre hombres, mujeres, niños, madres gestantes, y en ese momento estaba en juicio. En otros casos, siempre hemos hecho la segunda parte en comunidades históricamente afectadas, para ambos casos siempre hay un mediador que es la CMAN o la Dirección General de búsqueda de Personas Desaparecidas, es decir, siempre hay alguien que les explica, y con quien ellos tienen más familiaridad porque los ven muy seguido y así se nos hace más fácil.

Hay momentos muy emotivos. Con el tiempo hemos aprendido a tratar de no revictimizar a través de las entrevistas, porque finalmente nosotros somos alguien más de los muchos que van a entrevistarlos, a preguntar por su caso. Nosotros no queremos generar momentos de dolor o tensión. Así que ahora hacemos entrevistas muy breves y enfocadas en los rasgos de la persona que quieren retratar. 

De alguna manera esa persona no solo “aparece” en el retrato ilustrado, sino también en los rostros de sus familiares cercanos.

Jesús: sí, por eso es importante que sean familiares directos y si no lo son, es importante que recuerden algo de la persona desaparecida. Nosotros hacemos hincapié en que no es un retrato forense técnico, sino un retrato simbólico. Es un proyecto nuevo que juega mucho con la subjetividad de la gente, entonces una de las cosas que nos interesa es no terminar afirmando cosas que para los familiares no sean así. Por ejemplo, nosotros no podríamos asegurar que todos los familiares den por hecho, al ver el retrato, que su familiar era así.

¿Cómo es el momento de recibir la imágen final?

Jesús: es muy emocionante y nuevamente hay menos palabras de lo que la gente piensa porque la emoción en sí se expresa de otra manera. No es un entorno letrado, o sea, no lo van a expresar con un discurso, pero se emocionan un montón. Nosotros también y significa mucho para nosotros.

Alejandro: por ejemplo, en el caso de ACCOMARCA el proyecto se presentó en una primera etapa antes de la entrega de los restos y se realizó en el Lugar de la Memoria, aquí en Lima. Ellos tienen una sección que se llama el Cubo Blanco donde se colocan algunas prendas o un objeto de la persona desaparecida y los familiares del caso ACCOMARCA tuvieron la oportunidad de que el objeto o lo más cercano que tenían fueran estos retratos simbólicos que había realizado nuestro equipo.

Fue increíble esa entrega porque la sala estaba abarrotada de los familiares, de personas curiosas y de intelectuales o autoridades que estaban participando. Creo que yo no era tan consciente de la magnitud del proyecto en el que me estaba involucrando, hasta esa ceremonia que fue muy emotiva. Y luego para mí tuvo un cierre mucho más bello porque con todas las personas que lograron colocar su fotografía en el cubo blanco nos fuimos al local de la Asociación donde se estaba celebrando, con una gran fiesta, a San Agustín, el santo patrono del distrito.

Después de 37 años de la masacre perpetrada por los militares, se hizo la entrega de los restos. Todos los ataúdes fueron enterrados en la antigua base militar de Accomarca, algunos de los familiares  usaron los retratos para ponerlos sobre los ataúdes. Yo me quedo con la imagen de uno de los familiares con la mano sobre uno de los retratos.