Afroparlantes: una plataforma para ampliar voces
Dedeé Mandros nació en 1993. Es afroperuana: lo sabe, lo siente, lo dice, lo reafirma. Como afrodescendiente cuando era pequeña una vez le tiraron piedras, sí. Pero, para ella, lo que más la define como parte de una comunidad es todo lo positivo: la música, las costumbres, el arte.
Con esa idea creó Afroparlantes, una plataforma en la que busca que la comunidad se exprese, desde diferentes partes del mundo. “Ampliar nuestras voces y mostrar los rostros de nuestra gente negra”, reza el eslogan.
En ese espacio, Pamela dice que “el conocimiento empodera”, mientras ‘Pibaafroqom’ denuncia que en Argentina las personas negras son mayormente de clase baja. “La educación debe ayudarnos a reconocernos como afros y a sentir orgullo de ello”, afirma. Nelson, de Guinea Bissau (Portugal) dice: “Para mí, ser afro es pertenecer a un linaje ancestral enriquecido de conocimientos a lo largo del tiempo.
Dedeé Mandros
¿Cómo surgió el proyecto?
Yo soy una persona afroperuana. Afroparlantes comenzó en pandemia. Fue un tiempo super fuerte para la comunidad afro. Fue un tiempo en el que pasaron muchas cosas. No fue solo lo de George Floyd, que igual fue un detonante super grande, sino que pasaron cosas en muchos países: Colombia, Brasil, en China hubo un montón de ataques contra la comunidad afro.
Afroparlantes fue, para mí, una forma de unificar a la comunidad de distintos puntos, no solo en Perú sino también en otros países. Mi objetivo es poder viajar y tener este espacio como una plataforma en la que la gente afro pueda hablar sobre las distintas vidas que tiene. No solo de la comunidad sino de su vida en general. Se trata de un espacio de unificación, en donde varias personas pueden alzar su voz. Es mi forma de generar algo para mi comunidad. Fue un grito desesperado frente a todo lo que estaba pasando. Todos estábamos bastante lastimados.
Dedeé Mandros
Dedeé Mandros
¿Cómo fue tu proceso para nombrarte afroperuana?
Siempre lo fui, mi papá es una persona negra. Viví alejada de mi padre por cosas familiares. No soy un mujer negra, soy una mujer afrodescendiente. He tenido encuentros con alguna persona mayor que me ha dicho “oye, pero tú no eres tan afro”, pero no lo tomo tanto en cuenta. He tenido encuentros con pares y siempre es de compañerismo y unidad. He vivido como una persona afro en un espacio normativo blanco, he tenido muchos privilegios, en espacios educativos en donde mayormente había personas blancas. Pero era “la negrita” o la persona que insultaban. En un momento me tiraron piedras.
Pero esto no se define solo por las cosas feas sino también por las cosas bellas de la comunidad. Es responsabilidad de cada uno generar espacios. Aunque hay mucha negatividad, resentimiento y dolor, hemos sufrido. Pero tenemos mucha cultura desde tiempos inmemorables, música, arte, danza, artistas como (Jean-Michel) Basquiat, comidas, deporte. También el hecho de alzar la voz, de unificarnos como activistas.
Resaltas mucho lo positivo de la comunidad, ¿verdad?
Para mí, lo más importante y la mirada más positiva que deseo aportar con Afroparlantes es la idea de representación. El hecho de que estamos presentes. Durante muchos años se silenciaron y se ocultaron nuestros nombres de la historia, nombres como el de Bernardo de Monteagudo, un argentino afrodescendiente de Tucumán, uno de los participantes importantes para la independencia de Argentina, Chile y Perú. La existencia de imperios como el de Ghana en el continente africano, continente del que solo nos hicieron imaginar tribus previo a su “colonización”. O científicos, como Charles Drew, que la mayoría no conoce, pero que aportaron mucho para el desarrollo de la ciencia. Hoy en día existe gente en diferentes partes del mundo que está realizándose, destacándose y representan una inspiración para muchas y muchos, que antes no veían alguien como ellas o ellos. Mi deseo es poder encontrarnos en un espacio.
