CAPÍTULO#1

LA CUNA DESTRUÍDA
DEL MOVIMIENTO

“¿Por qué chingados no le aceptan el limón a mi hijo?”, gritó para que todos lo escucharan.

Hipólito Mora había llegado en una motocicleta, con una pistola fajada al cinto, y se paró, furioso, frente al encargado de la línea de embalaje de limón, a las afueras de la tenencia de La Ruana, en medio de Tierra Caliente. El hombre-enlace de los Caballeros Templarios, encargado de verificar los ingresos del cártel, también escuchó su reclamo, fuerte y claro.

A Manolo Mora, hijo de Hipólito, los Templarios ya le habían prohibido por semanas cortar limones de sus huertos y ahora no lo dejaban entregar su producto en las empacadoras de la región. Los productores tenían prohibido cosechar si los Caballeros Templarios lo decían: era una estrategia para controlar el precio en el mercado y a los agricultores. Con multas, palizas y amenazas, impedían que los productores movieran libremente productos como papaya, mango, carambolo, limón, jitomate y naranja. Pero ese verano de 2013, Hipólito Mora estaba decidido a acabar con esos abusos.

“¡Mañana le vas a recibir el limón a mi hijo!”, acabó Mora y se fue. Al día siguiente, su hijo pudo entregar su producto y, con ese acto temerario, se sentó el precedente de lo que meses después serían los grupos de autodefensa.

Desde esos días, Buenavista sería recordada como la tierra que le dio al movimiento de autodefensas su fama internacional: allí, de la mano de personalidades como Hipólito Mora y José Manuel Mireles, nació el levantamiento que mantuvo en vilo durante casi dos años al estado de Michoacán y que desmanteló el poder de los Caballeros Templarios. Pero una década después, al recorrer esta región y visitar sus pueblos, parece que muy poco o nada queda de aquel movimiento creado para buscar justicia.

Hoy, cunas del movimiento de autodefensas como Tepalcatepec y Buenavista están en manos de organizaciones criminales dentro de la alianza de Cárteles Unidos (como el Cártel de Tepalcatepec y Los Viagras), que mantienen control de todo tipo de actividades en la región: desde el trasiego de drogas hasta el cobro de cupos, extorsiones, secuestros y homicidios.
Las calles de pueblos como La Ruana, por ejemplo, son patrulladas día y noche por delincuentes armados que ahora se disputan la zona.

“El movimiento de autodefensas sirvió para todos los mexicanos y hasta me atrevo a asegurar que, a otros países, porque abrió los ojos a todo el país, en todo el país quieren levantarse en armas, quieren seguir el ejemplo de nosotros aquí en Michoacán”.

Hipólito Mora, fundador del movimiento autodefensa en Michoacán.

Tras casi un año de batallas entre autodefensas y remanentes de Los Caballeros Templarios en en Michoacán, habitantes de la ciudad de Apatzingán, corazón financiero de esta organización, salen a las calles a denunciar la estrecha relación entre políticos y criminales. Enero, 2014. / Heriberto Paredes

Es ilustrativo el caso de Juan José Farías, alias “El Abuelo”, lugarteniente del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la región, incluso durante el levantamiento de las autodefensas que él apoyó directamente. En noviembre de 2018, una avioneta con droga desapareció en Michoacán, cargamento que supuestamente estaba bajo el resguardo de su grupo. La droga fue reportada como desaparecida ante Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, capo del cártel, pero parte de ella reapareció en el mercado, cuando un grupo de personas de Tepalcatepec intentaron venderla en la ciudad de Cancún, Quintana Roo.

La respuesta de “El Mencho” fue inmediata. El 2 de marzo de 2019 un hombre asesinó a balazos a tres de los michoacanos mientras conducían por la avenida Bonampak en una camioneta con placas de Campeche. El conductor quedó herido y fue arrestado posteriormente.

Los tres muertos en la zona hotelera de Cancún marcarían el punto de inicio del conflicto entre CJNG y “El Abuelo”, quien ha sumergido a Michoacán en una ola de violencia desde mediados de 2019 hasta el 2023 con episodios de violencia ocasionales que siguen afectando a toda la región de Tierra Caliente. A partir de ese momento se formaron dos grupos criminales: el del CJNG, conformado por células armadas y sus enemigos; y los Cárteles Unidos, una mezcla de grupos que antes eran incluso antagónicos como los Blancos de Troya, Los Viagras, los Caballeros Templarios, la Nueva Familia Michoacana y Cárteles Independientes, también conocidos como el Cártel de la Virgen.

El 13 de agosto de 2019, un grupo de hombres armados con uniformes tácticos con la leyenda “CJNG” anunciaban una guerra en contra de “El Abuelo”, mientras presumían una ametralladora antiaérea Browning M2 calibre 50. Se trataba de un enfrentamiento abierto entre grupos heterogéneos y antagónicos, una mezcla de personajes presentes en todos los conflictos de los últimos 10 años en Michoacán. Tanto Cárteles Unidos como Cártel Jalisco se nutren de veteranos que pelearon contra los Zetas entre 2006 y 2008; en el conflicto entre Familia Michoacana y Caballeros Templarios entre 2009 y 2012; así como en las autodefensas, patrocinados en su momento por la federación.

El más reciente episodio de guerra abierta fue por el control del municipio de Buenavista, entre julio y agosto de 2021. Cárteles Unidos aisló la cabecera municipal destruyendo las carreteras que la conectan con el resto del estado, y empezó una serie de enfrentamientos para tomar el control del territorio. Los grupos armados asediaron el pueblo hasta expulsar a la banda delincuencial que controlaba la zona —Los Cinco del Pueblo, ligado al Cártel Jalisco— en la que fue la última confrontación abierta entre grupos armados en Michoacán, un enfrentamiento en el que se intentó usar el nombre de las autodefensas para justificar el grado de violencia utilizado.

Quedan medios de comunicación, nacionales e internacionales, que recurren a esta falsa presencia de supuestas autodefensas para justificar una narrativa en la que existen bandos, uno de buenos y otro de malos, ocultando de esta manera, la complejidad del contexto y los detalles que hablan de una realidad, que lejos de ser maniquea, se constituye más como un entramado de intereses y alianzas vinculadas a intereses económicos y, a veces, políticos.

Además, a 10 años del surgimiento de las autodefensas, su figura y nombre se ha sumado a una serie de identidades que son utilizadas por grupos criminales para disfrazar sus verdaderas actividades. Esto no sólo ocurre en Michoacán sino también en otros estados, particularmente en Guerrero. Casi cualquier grupo puede autonombrarse como autodefensa sin que exista la legitimación de comunidades o poblaciones que respalden la formación de estos grupos, salvo en los casos que hemos mencionado en la costa michoacana y en el municipio de Tancítaro, que mencionaremos más adelante.

Todavía hoy se ven las huellas del enfrentamiento en las decenas de casas bombardeadas con drones cargados de explosivos, y los cientos de impactos de bala que se pueden encontrar en los postes de luz de la avenida principal del pueblo. Eso queda de la cuna del levantamiento: habitantes sumergidos en una nueva ola de violencia que no parece tener fin y que se ha extendido ya sin autodefensas ni comunitarios ni nada parecido, solamente grupos armados criminales peleando por territorio, como en muchas partes de México.

Hipólito Mora Chávez, fundador de los grupos civiles de autodefensa en Michoacán. Febrero, 2023. / Andrea Murcia

Para el fundador del levantamiento, las autodefensas culminaron la tarde del 16 de diciembre de 2014, cuando Manolo Mora, su hijo, quien le pidió que no entrara al movimiento y por quien decidió fajarse una pistola para reclamar en la empacadora de limones, fue asesinado.

Cayó en una emboscada que preparó Luis Antonio Torres, conocido como “Simón el Americano”, quien con más de 100 hombres intentó mermar sin éxito a los 30 autodefensas que defendían la barricada de La Ruana. Los autodefensas de Hipólito Mora resistieron hasta que llegaron refuerzos y lograron repeler el ataque, aunque 11 personas cayeron abatidas por las balas, incluyendo a Manolo, su hijo.

“Mi hijo murió a manos de puros delincuentes… a veces creo que no valió la pena haberlo arriesgado en esta lucha, porque desafortunadamente he conocido una manada de hijos de su chingada madre que no han agradecido el trabajo que hicimos algunos”, dijo en febrero de este año, cuando fuimos a entrevistarlo a su casa.

A pesar de que para Hipólito Mora las autodefensas terminaron aquella tarde de diciembre con una batalla entre grupos opuestos de autodefensas donde su hijo perdió la vida, el líder del movimiento siempre se sintió orgulloso de la hazaña que les quitó el yugo de los Templarios.

No sería sólo su hijo, sin embargo, el que acabaría eliminado a  manos de puro delincuente.

El pasado 29 de junio de 2023, Hipólito Mora fue asesinado por miembros de Los Viagras, uno de tantos grupos criminales que, como camaleones, se adaptan al terreno y al contexto para continuar con sus negocios ilegales. Tal y como lo estuvo denunciando, Mora finalmente fue alcanzado por las balas y el fuego en las afueras de su casa, ahí donde había librado las batallas más recientes. Ahí donde empezó su lucha contra fuerzas muy oscuras, cada vez más vigentes y vigorosas en Michoacán.

El polémico
Doctor Mireles

El último lugar con fe
en las autodefensas

Noticias que contaron
la violencia

Retrato de Valentina en manos de su madre. La niña murió por un disparo al aire de los Caballeros Templarios mientras ayudaba a su padre a sembrar maíz. Diez días después, los autodefensas llegarían a Ostula para proteger a su comunidad y acabar con los asesinatos. Febrero, 2023. / Andrea Murcia

Explanada donde años atrás los autodefensas arrestaron a los pobladores que apoyaban a los Caballeros Templarios. Allí fueron sometidos a juicio popular y exhibidos como traidores. Comunidad nahua de Santa María de Ostula. Febrero, 2023. / Andrea Murcia

Policía Comunitaria de Coahuayutla, Guerrero. Febrero, 2023. / Andrea Murcia

Interior de una vivienda que funcionaba como base de un grupo criminal. Municipio de Buenavista Tomatlán. Febrero, 2023. / Andrea Murcia