Conociendo la pastilla que estás por tomar
Un boliche, todos bailando y de repente el apagón. Un joven cae al piso y no hay quien lo asista, tomó una pastilla con alcohol y la mezcla le produjo un paro. En cuestión de minutos muere. Alguien lo saca, el resto sigue bailando. No es la primera vez ni será la última. Pero esa noche Ina C. está en la pista y decide que algo hay que hacer: no quiere bailar otra vez con muertos a su alrededor.
Ina es licenciada en trabajo social y conoce desde la experiencia que ser usuaria de sustancias recreativas es una lotería. En Argentina -y en los lugares del mundo que pudo conocer- no hay etiqueta de ingredientes, control de calidad ni fecha de vencimiento de los psicoactivos, por eso quienes consumen se entregan a la suerte.
Durante su formación profesional en Mar del Plata Ina estudió los hábitos de consumos y se especializó en reducción de daños. Enlazando teoría y práctica, desde hace tres años pasó al acto y empezó a testear en la entrada de boliches, para generar conciencia de la calidad y las adulteraciones. Así nació Chill & Safe, un movimiento antiprohibición que usa componentes que cambian de color para detectar el contenido de pastillas y LSD.
Luciana Demichelis
¿Cómo se te ocurrió iniciar con los testeos?
Como trabajadora social y también como usuaria me tocaba un montón ver gente al lado mío que convulsionaba, que se descompensada, y sentir la impotencia de que no había ninguna solución. Al principio iba con voluntaries y repartíamos volantes, caramelos, agua y dábamos contención si alguien entraba en una crisis. Pero eso tuvo un límite, porque uno puede informar o acompañar pero la gente sigue consumiendo cualquier porquería. Por más que te abanique, te de agua o te diga que vayas afuera si la pastilla está adulterada no hay recomendación posible, te vas a descomponer igual. Ahí me contacté con otras organizaciones que venían testeando y sin ser una referente y, mucho menos una experta en química, me largué a hacer pruebas con los reactivos en la puerta de las fiestas.
Luciana Demichelis
Luciana Demichelis
¿Los boliches y los empresarios de la música colaboran?
Cuando empecé contactaba a los empresarios y me decían “mira que vas venir a visibilizar que en mi boliche se consume, ¡estás totalmente loca!”. Me costó muchísimo convencer a algunos y que me dejen estar con la mesa testeando, pero la mayoría de las veces me sigue pasando que me ponen en un rincón y apenas se nota que estoy, me prometen agua para repartir y al final no me dan, tengo que pagarme los taxis porque no colaboran. En otros lugares ya se está aceptando que es preferible testear a llegar al extremo. Por ejemplo tengo una amiga que lo hace en Colombia y allá se ve otra apertura, directamente lo promocionan en los flyers para que la gente que va al evento pueda saber de antemano.
¿Qué pasa una vez que hacés el testeo?
Es un primer paso pero no es suficiente, porque la limitación es que yo te testeo la droga que vas a consumir esa noche pero ya estás adentro del boliche, ya pagaste la entrada y la droga. En general cuando es de mala calidad la vas a consumir igual porque no tenés otra cosa, y a partir de la pandemia empezó a verse que se adulteraron muchísimo las sustancias, bajó mucho la calidad y la gente se acostumbró a consumir lo que hay. Son muy pocas las personas que terminan bailando sin tomar nada o yéndose a su casa al darse cuenta de que van a tomar algo adulterado. Por eso creo que el próximo paso es militar por una política de drogas y una regulación que acompañe a los consumos, siempre sumado a concientizar. No es lo mismo consumir MDMA puro que una catinona, tampoco es lo mismo consumir una sustancia sin agua y con champagne. La regulación tiene que ir acompañada de una conciencia de lo que tienen las drogas y sus posibles riesgos, para esto es necesario que entendamos al usuario como sujeto de derechos.
En la página de Chill & Safe se mencionan como movimiento feminista, ¿cuál es el vínculo entre reducción de daños y cuidados feministas?
En la noche se ven desde abusos hasta redes de prostitución. No es una novedad que hay sustancias que generan una situación de vulnerabilidad y son usadas para aprovecharse, lo que va más allá de que haya existido un consentimiento a la hora de tomar alguna droga, ¿porque hasta qué punto sigue ese conocimiento? En la noche se replica lo que se ve en otros ámbitos sociales con el heteropatriarcado, por eso es que junto con los testeos y los kits de reducción de daño empezamos a activar protocolos de género para concientizar sobre este tema que está presente en casi todos los ámbitos donde participamos.
