El lado oscuro del oro
Perú es el país que más produce oro en Latinoamérica. La historia de esa explotación inicia mucho antes de la llegada de los españoles, pero con la conquista y la colonización la relación con el metal cambió. Ahora, se trata de una explotación extractivista a gran escala, en la que el oro es una mercancía más que mueve el mundo. El fotógrafo peruano Marco Garro decidió explorar esa historia abarcando tres momentos históricos en tres zonas geográficas del país.
Por Marcela Vallejo
Las minas de oro son también minas de historias. En algunos lugares uno de los personajes más importantes es el diablo, en otros es la fortuna. En Perú, el mayor productor de oro de Latinoamérica, aún funciona una forma de explotación muy abusiva hacia los trabajadores. Se trata del “cachorreo”: “consiste en que tú trabajas gratuitamente por cierta cantidad de tiempo”, cuenta el fotógrafo peruano Marco Garro, “para que después de una semana o dos semanas de trabajar gratuitamente te den uno o dos días para poder ingresar y sacar el oro que puedas. Es como una suerte de esclavitud moderna.”
La pregunta que nos hacemos todos y que el fotógrafo le hizo a los mineros es: ¿cómo saber si esos días efectivamente se va a encontrar oro? “Algunos me contaron que había muchas historias sobre la fortuna, de mineros que de un día para otro en uno de esos dos días encontraron mucho otro, o que excavando le caía una roca de un kilo de oro. Otras historias contaban que habían encontrado una veta, y la ocultaban para poder explotarla en esos días que les permitía el cachorreo.”
Todo esto sucedía, sobre todo, en lugares de extracción ilegal, en los que los mineros trabajan en condiciones precarias. Donde existe la trata de personas. Pero también donde los mineros comparten la sensación de que no hay más opciones. Esa, quizá,es una idea que también rodea otros espacios mineros. Muchos saben del impacto que tiene esta actividad, pero se siente como un destino inevitable.
Perú es el mayor productor de oro en Latinoamérica desde 1995 y desde 2006 ocupa el sexto lugar a nivel mundial. Se calcula que entre 1496 (momento desde el cual se tienen registros) y 2013, en el país se han extraído 117.7 millones de onzas, algo así como 3,336 toneladas. Hoy en día, este producto representa el 60% de las exportaciones totales del Perú. La importancia de este metal es innegable, y su historia ha atravesado la de este territorio. Sin embargo, algo de oscuridad y misterio rodea la producción de oro y ese ha sido el tema que más ha interesado al peruano Marco Garro.
Garro ha dedicado varios años a la investigación y la documentación fotográfica de la minería en su país. El interés nació cuando tuvo una asignación que lo llevó a conocer Cerro de Pasco, un asentamiento minero a 290 kilómetros de Lima. “Se trata de una ciudad cuyos habitantes tienen grandes problemas de contaminación de plomo en la sangre y hay mucha contaminación ambiental”, cuenta Marco. Lo que más le impactó era que hasta ese momento no sabía de la existencia de Cerro de Pasco. ¿Cómo era posible si se trataba de un lugar cercano y además él era una persona relativamente informada? Descubrir eso le llevó a indagar por otros casos de minería en su país. Así, ha desarrollado proyectos sobre las infancias en las minas, la transformación de los paisajes naturales y sociales, la mina más alta en el mundo.
En 2018 inició El oro que heredamos, el oro que soñamos, un proyecto centrado en diferentes facetas de este metal. El fotógrafo fue aprendiendo cómo los diversos habitantes de lo que hoy es su país, han tenido diferentes tipos de relaciones con el oro a lo largo de la historia, concentrandose en tres momentos: la época precolombina, cuando el oro tenía un carácter sagrado y ritual; la colonización, cuando el oro empieza a transformarse en una mercancía; y el momento actual, cuando el oro es un recurso de explotación legal e ilegal.
Garro buscó estas “temporalidades” en tres lugares diferentes. Para la relación establecida con el oro en la época prehispánica, el fotógrafo fue al norte de Perú, a la cuna de la civilización Moche. “Ellos fueron los grandes metalúrgicos del Perú antiguo. Utilizaban el oro de manera sagrada como elemento de representación de la divinidad”.
Después fue a Cusco donde trabajó el tema de la Conquista y Colonia. “Me interesaba ver cómo el oro se empezó a entretejer en la cultura hispana e Inca. La evangelización que fue uno de los elementos de la conquista utilizó el pan de oro en sus imágenes sagradas.” La última parte, en la que trabajó la extracción contemporánea del oro, la hizo en los Andes y la Amazonía peruanas.
Las búsquedas de Garro giran en torno al oro en términos extractivos. Para él, la forma que ha tomado la minería legal o ilegal en su país, implica un choque cultural. “La tierra en el Perú tiene un significado ancestral súper fuerte», explica. «En las culturas indígenas, tú puedes extraer de la tierra para darle luego una bendición o una gratificación, o sea, hay un intercambio. Pero la extracción de recursos es básicamente extraer y extraer y no dar nada a cambio. Hablo de extracción de oro, pero también hay plata, cinc, plomo, petróleo. Son elementos importantes de nuestra cotidianidad, que nos rodean a todo momento, pero tienen un lado oscuro. Y eso es lo que me gusta explorar.”