Fotolibro Flor de roca - Ana Nuñez Rodríguez
Entrevistas
Ana Nuñez Rodríguez
Colombia -
julio 27, 2021

Embrujo verde: vida y magia alrededor de la esmeralda

Poco después de haber llegado a vivir con su actual esposo a Colombia, la fotógrafa Ana Nuñez Rodríguez recibió un regalo muy especial de parte de sus suegros: unos pendientes de esmeraldas. Las joyas le parecieron preciosas, pero más allá de eso o del valor comercial que pudieran representar, le llamó la atención lo que sus suegros dijeron. Las esmeraldas, insistieron, tenían una energía particular, una fuerza magnética y que por eso debía usarlas constantemente.

Colombia es uno de los principales productores de esmeraldas del mundo. Son explotadas en los municipios de Muzo, en el departamento de Boyacá, en el centro de Colombia. Allá fue Ana a conocer el universo alrededor de las esmeraldas.

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

La explotación minera inició en la región en la década de 1960. Con ella, la vida campesina dejó lugar a una economía extractiva y con ese cambio se transformaron también el paisaje y las relaciones sociales.

Ana visitó durante varios meses la región de Muzo y Otanche y de esos viajes nació su libro Flor de roca. Es un libro intonso: los pliegues no están cortados y hay que romperlos para ver el interior.

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

El fotolibro “propone un ejercicio de búsqueda de (la vida alrededor de) la esmeralda, trazando un recorrido a través del misterio que rodea a la piedra, centrándose en la guaquería como práctica minera en vía de extinción”. Ana editó el libro con el apoyo de Walter Costa y fue publicado por la editorial Simulacro.

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

En Muzo se vivió la llamada Guerra verde, un conflicto por el control del territorio en el que estuvo involucrado el estado y que terminó con las minas en manos de los terratenientes locales. Aún resuena en la zona el nombre de Víctor Carranza, conocido como el ‘Zar de las esmeraldas’, acusado de narcotráfico y de apoyar grupos paramilitares.

Las técnicas de extracción se han ido transformando a lo largo de los años con el desarrollo de la tecnología y con los cambios de poderes de quienes controlan la zona. Actualmente, cuenta Ana, la gente sigue practicando la tradicional técnica del ‘guaqueo’. Los mineros de la zona guaquean en los residuos que quedan de la extracción a gran escala de las empresas que han entrado a la región.

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

Tu has contado que llegaste al tema de las esmeraldas por un regalo que te hicieron tus suegros. ¿Qué pasó después de recibir el regalo?

 

Yo no tenía ni idea de las esmeraldas, no sabía que en Colombia había, ni otros detalles como que no tienen aplicación industrial, más que el hecho de poseerlas. Comencé a investigar más y entre más conocía los detalles más quería saber.

Desde el primer viaje me fascinó la zona, que fui explorando poco a poco. Es una región de muchos contrastes, donde toda la tierra es negra, hace muchísimo sol, y en el paisaje se encuentran diversos verdes como los de las esmeraldas. Me interesaba explorar la condición oculta del paisaje, como las gemas no las puedes ver, pero están ahí.

Desde el principio sabía que no quería hacer un proyecto de reportería gráfica, pero también sabía que para llegar a otro nivel, necesitaba pasar tiempo con la gente. Hice muchos viajes y entablé amistad con varias personas del lugar que practicaban la guaquería.

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

Es llamativo el uso de esa palabra guaquería o guaquear, en otras regiones de Colombia no es una práctica asociada a la minería sino a la excavación de restos arqueológicos.

En la zona minera hay dos tipos de minería, por un lado los cortes subterráneos y por otro está la guaquería que se trata de minería al aire libre. Los guaqueros remueven y escarban entre la tierra en busca de las esmeraldas. De hecho, muchas veces ellos se autodenominan recicladores ya que la tierra en la que ellos buscan es la que los bulldozer de las grandes empresas que muerden las montañas desechan y que es arrastrada por el agua montaña abajo.

En la zona de Muzo, hay un área llamada La Playa, está debajo de la montaña donde van llegando todos estos ríos de tierra negra, ahí los mineros rastrean el terreno en busca de las gemas . Se llama guaquería a este tipo de minería al aire libre, es una minería totalmente informal. A pesar de que hay cierta organización, cada uno tiene su pedacito de tierra, no está formalizado. Se parece a la idea de la guaquería que busca tesoros indígenas, en el sentido que escarban en busca de un tesoro.

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

Claro, en la guaquería hay una serie de misterios que indican quiénes sí son aptos para encontrar esos “tesoros” y quiénes no. Quiénes pueden ver y quiénes no.

Esto también pasa con la esmeralda. El punto de partida de mi proyecto fue todo ese enigma y misterio que rodeaba la búsqueda y el encuentro. Se dice que la esmeralda elige de quién se deja atrapar ya que no todo el mundo puede encontrarla. En la zona dicen que no existe ningún método científico verídico que te diga dónde está.

Allá dicen que las esmeraldas están donde hay mariposas azules o donde hay helechos, o que se puede encontrar en los días que llueve y hay luna llena. Pero al fin y al cabo es ella la que elige. También se dice que en el momento en que uno encuentra una piedra, ya no puede dedicarse a otra cosa. Es el embrujo verde que te queda y tengo que decir que sí que es un poco adictivo, uno pierde la noción del tiempo, encuentra una mini piedra y quiere seguir y seguir…

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

Esto además está ligado a la época prehispánica. En esa época las esmeraldas tenían un valor muy diferente. Para los muzos que eran los indígenas que vivían en esa zona tenía un valor muy importante, en su cosmogonía era una manera de expresar su espiritualidad. Con la llegada de los colonos se acabó todo eso y se transformó en algo supremamente mercantil.

Este carácter más cercano a lo indígena en cierta manera sigue vivo, a pesar de que los guaqueros encuentran, buscan y venden, deciden conservar las mejores piedras y las más especiales.

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

Entonces, cuando dices que el libro se propone buscar la vida alrededor de las esmeraldas, ¿incluyes ese sentido mágico? ¿O cómo estabas pensando ese concepto de la vida?

El proyecto traslada la idea de la búsqueda incesante, lo más importante para mí era que el espectador sintiera y no que necesariamente viera. Esa condición oculta del paisaje, el misterio y leyenda que rodea a la piedra y que va más allá de su valor económico era la idea que quería que floreciese detrás de mis imágenes.

El libro en sí mismo simboliza ese pedazo de tierra al que te tienes que enfrentar, y pone al espectador en la idea de que hay que esmerarse en la búsqueda ya que si quieres ver las imágenes también tienes que ponerte a escarbar como lo hacen los guaqueros. En ese sentido, la edición se propone en una serie de jornadas de búsqueda.

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

¿Por qué elegiste hacer un libro?

La idea del fotolibro apareció cuando participé en los talleres de Croma y ahí empecé a plantearlo. Luego con Laura Oliveros que fue la diseñadora con quien lo hicimos sí que nos parecía interesante poder trasladar la experiencia al propio libro, que quizás en otro formato expositivo, sería más complicado. Finalmente la beca de Idartes nos dio el impulso final para llevar a cabo el proyecto editorial.

Ana Nuñez Rodríguez – Flor de Roca

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