Entrevistas
Natalia Ortiz
Colombia -
diciembre 12, 2022

La segunda vida de las hojas

Cuando Natalia Ortiz conoció la vereda El Pozo, al norte de Colombia, le impactó saber que allí no había agua. Caminando ese bosque seco, supo que la vida allí depende de la lluvia, y que los pobladores han aprendido a recoger sus gotas, almacenarlas y distribuirlas. En su proyecto Huele a lluvia, ganador del concurso de la Organización Italo Latino Americana PHOTO IILA–XIII, la fotógrafa usa la técnica de revelado con clorofila para contar esta historia: retratos impresos sobre plantas locales que muestran los rostros, los paisajes y la naturaleza a la que llaman hogar. 

Por Marcela Vallejo

Contrario a lo que se podría pensar por su nombre, la vereda El Pozo no tiene agua. No hay quebradas, no hay ríos y tampoco hay pozos. Ubicada en La Mesa de los Santos, departamento de Santander, al norte de Colombia, la vereda es como un balcón sobre el Cañón del Chicamocha. Cuando la fotógrafa colombiana Natalia Ortiz Mantilla conoció el lugar, quedó impactada. ¿Cómo podían sus habitantes -unas cien familias- vivir sobre esa tierra seca? 

“Los pobladores dependen del agua lluvia”, cuenta Natalia, “hay un acueducto, pero no funciona bien y no surte a toda la vereda, y no es un agua de calidad. Entonces ellos dependen del cielo”. En un principio, lo que la movió a interesarse por el lugar fue la indignación, cómo era posible que esta gente viviera en esas condiciones. Con el tiempo fue entendiendo otras cosas. Le sorprendió saber que los pobladores de El Pozo no viven la falta de agua con angustia, todo lo contrario: saben en qué momento va a llegar la lluvia, cómo recogerla, almacenarla y distribuirla. La indignación se convirtió en curiosidad.

Ese interés la llevó a iniciar en 2019 Huele a lluvia, un proyecto fotográfico “que busca reflexionar sobre las capacidades para adaptarse de esta comunidad a las variaciones ambientales que se pueden generar en el bosque seco tropical, el ecosistema donde viven”. Para Natalia, que conoce el lugar hace 10 años y lo visita con frecuencia, también se trata de una observación de cómo las personas terminan pareciéndose al entorno en el que viven: un paisaje en riesgo, pero que al mismo tiempo “puede dar bases para llevar mejor el cambio climático, porque es un ecosistema que se adapta a temporadas extremas de sequía y de lluvia”.

Ayahuasca Musuk
Ayahuasca Musuk

Pero, ¿cómo contar todo eso sin usar, otra vez, el lenguaje documental de la fotografía? Natalia Ortiz cuenta que, por esos días, una amiga le prestó un libro de técnicas de revelado alternativo y así conoció la técnica de impresión en clorofila. “Te voy a explicar cómo se hace una imágen”, dice la fotógrafa antes de empezar a explicar la técnica. Primero se hace la foto, se imprime en un acetato en blanco y negro. Luego se monta sobre una superficie plana primero la hoja de la planta sobre la que se quiere hacer la impresión, encima va el acetato y sobre las dos cosas un vidrio. Todo debe estar sujeto para que no se mueva, y se pone al sol. “Dependiendo de la especie de planta, puede tardar entre dos horas con sol directo con buena exposición o cinco días en hacerse la imagen”.

 

La técnica le pareció perfecta, entre otras cosas, porque no usa agua. Pero además le permitió establecer una relación más profunda con el lugar buscando las plantas más adecuadas para revelar las fotografías, por ejemplo: tabaco, plátano, algunos tipos de anturios. Natalia es ingeniera ambiental de formación, y esto, más la ayuda de amigas botánicas, la llevó a hacer un inventario de la flora del lugar buscando las plantas.

Eso le permitió seguir hablando del agua, la lluvia y el paisaje. Los habitantes de El Pozo han desarrollado un amplio conocimiento sobre su entorno. Dependiendo del lugar donde se formen las nubes negras que anuncian tormentas, ellos saben si el agua va a alcanzar a caer en la vereda o no. Las fases de la luna les indican los momentos más adecuados para sembrar y cosechar. La fuerza de las lluvias les permite saber qué tan buena será la cosecha de hormigas culonas, una especialidad gastronómica de la región. Natalia hizo retratos de muchos de los habitantes, imágenes de los paisajes y algunas fotografías de animales e insectos.

Natalia Ortiz

Este año, la fotógrafa ganó el concurso de la Organización Italo Latino Americana PHOTO IILA – XIII, dedicado a fotógrafos latinoamericanos menores de 35 años, cuyo tema giraba en torno a la vida, el agua y la salud. El premio incluyó exponer en Roma y hacer una  residencia artística para desarrollar un proyecto sobre la ciudad. El resultado será expuesto el próximo año.

“Creo que, en general, en las ciudades se odia el momento cuando llueve”, dice la fotógrafa. Cuando vivía en Bucaramanga, la ciudad más cercana de la zona donde desarrolló el proyecto, el primer pensamiento que tenía cuando llovía era que no podría salir. Pero en El Pozo es diferente: cuando empieza a llover, “ellos agradecen; dependiendo de la época, eso significa que la cosecha va a estar buena. Es otra mirada, una directamente ligada a la naturaleza”.