Entrevistas
Paco Briones
México -
abril 12, 2022

México: el cannabis que cura

Cuando Paco Briones era más joven, el acceso a drogas y sustancias en Tulancingo, Hidalgo, era muy restringido. Además, la gente tendía a ser muy moralista. Fue cuando llegó a la UNAM a estudiar economía que probó por primera vez el cannabis. Para Paco esa fue una experiencia increíble, le cambió la manera de ver y entender la realidad. 

Pasaron varios años antes de que pudiera hablar con su familia abiertamente sobre su consumo. Le molestaba mucho tener que comprar el cannabis siempre en el mercado ilegal, así que decidió autocultivar y empezó con una planta sin saber nada de ella. Solo fue hasta que entró a estudiar derecho que se enteró de que había un camino legal para sembrar marihuana.

En México la Corte Constitucional declaró en 2018 que la prohibición y la penalización del consumo recreativo de cannabis es inconstitucional, pues va en contra del derecho al libre desarrollo de la personalidad. Sin embargo, hay una serie de vacíos legales y para poder cultivar y consumir es necesario tener un permiso especial. Ese permiso hasta antes de esa declaratoria sólo era otorgado para quienes usaran el cannabis con fines medicinales. Tenía un antecedente en el caso de Graciela o Grace, una niña que sufría de síndrome de Lennox-Gastaut, lo que hacía que ella sufriera un alto número de ataques epilépticos diarios y cuyo mejor tratamiento estaba en el cannabidiol o CBD, uno de los 113 cannabinoides presentes en la marihuana.

Paco, con sus conocimientos en derecho, inició la solicitud del permiso ante la Cofepris. Como tantas otras personas, no recibió respuesta. Así que llevó su caso a un tribunal y está a la espera de recibir un amparo, un documento que le permite cultivar hasta 8 plantas en su casa y procesarlas. Con todo el proceso jurídico que Paco ha iniciado, él ya tiene como defender su cultivo y su negocio. Porque él y su familia iniciaron ToQe, una cooperativa intergeneracional en la que producen tinturas de CBD y las combinan con tinturas de otras plantas cuyos efectos se conocen tradicionalmente en la herbolaria mexicana. En ToQe trabaja la mamá de Paco, su compañera y sus hijas. Juntos cuidan las plantas, arrancan solo lo necesario para producir la tintura, juntos las ponen a secar y luego las procesan. 

Doña Lucy, la mamá de Paco, pasó de pensar que cualquier acercamiento con la planta le haría daño y la convertiría en una ‘marihuana’ a reconocer todas las propiedades medicinales que tiene y a beneficiarse de ellas. Las hijas de Paco, menores de edad, están creciendo sin el prejuicio hacia una planta y hacia quienes la consumen de manera recreativa. Para Paco ese ha sido uno de los mayores impactos de ToQe.

¿Cómo empezó ToQe?

He usado el cannabis de forma recreativa y después de algunos años decidí aprender a cultivar para no seguir comprando, no me gustaba hacerlo. Cuando entré a estudiar derecho aprendí que como ciudadano tenía derecho a solicitar un permiso para cultivar plantas de cannabis para mi consumo personal. Me di cuenta de que para ese momento, en el 2019, ya habían muchas personas que habían logrado su amparo para poder autocultivar. El precedente legal es el caso de Grace, una niña que sufría el síndrome de Lennox-Gastaut, es decir, tenía muchos ataques epilépticos al día. En 2009, la Suprema Corte de Justicia resuelve darle un permiso a la familia de Grace para importar un medicamento a base de CBD. Eso nos dio la oportunidad de lograr cultivos legales. En el 2018 se hizo la declaratoria de inconstitucionalidad de la penalización de consumo recreativo de cannabis y se abrió la posibilidad de solicitar el permiso ante la Cofepris para el autocultivo con fines de consumo personal.

Yo solicité mi permiso y nunca recibí una respuesta, eso inmediatamente configuró un silencio institucional que me permitió llevar el caso ante un Tribunal de Justicia Administrativa que de hecho ya falló a mi favor. Sin embargo, yo solicité un amparo que debe hacerse efectivo en 90 días, en él señalo que el Tribunal no me puede dejar en incertidumbre jurídica y mucho menos socavar, de esa manera, mis derechos al libre desarrollo de la personalidad y la salud.

 

 

Mi caso demuestra que si un ciudadano tuviera toda la información al alcance, tendría entonces claras todas las posibilidades que nos da la ley. Y que solo con un poco de tiempo, paciencia y un poquito de confianza en las instituciones se pueden lograr permisos como este.

Entonces, todo surgió a partir de la solicitud de un permiso para el consumo personal, la idea de convertirlo en una empresa familiar surgió en la pandemia. Ante la situación del encierro empezamos a buscar posibilidades económicas. Yo soy obsesivo así que me puse a estudiar y desarrollamos un cultivo de 8 plantas, es decir, respetamos los lineamientos de la Cofepris. El nuestro es un cultivo sustentable y 100% orgánico, producimos cannabis medicinal y todas nuestras plantas están destinadas a ello. Nosotros no matamos nuestras plantas, solo podamos las flores y eso ha hecho que tengamos plantas de hasta 2 metros. Respetamos los ciclos naturales del cannabis y en algunos casos tenemos luz extra.

Pero entonces,  con el permiso que tienen ¿sí pueden comercializar?

Sí, porque el 12 de enero del 2021 se publicó un decreto que permite la comercialización de  hasta 500 miligramos CBD en México. Nosotros hacemos tinturas, descarbolixamos la planta y hacemos todo un proceso artesanal. La planta de manera natural se va degradando, y va perdiendo efectos psicoactivos,  si no se carboniza no tiene efectos psicoactivos. Lo que está penalizado es el tetrahidrocannabinol (TCH), entonces no tenemos problemas. 

Hay una fuerte introducción de plantas modificadas genéticamente ¿Qué variedades de plantas tienen ustedes? Pero además de eso, en Colombia, por ejemplo, hay plantas que tienen luz día y noche, la imágen inevitablemente me hace pensar que se trata de plantas esclavas, ¿eso es así o es puro prejuicio?

Nosotros hemos experimentado con varios tipos de semillas locales. Ya hay una mercadotecnia y una moda, la industria ahora se dedica a traer semillas holandesas o canadienses. Es muy difícil conseguir una Acapulco Beach verdadera, por ejemplo. Pero tampoco podemos ser tan puristas, el cruce de variedades es un proceso que hace parte de la naturaleza de la planta al ser dicotiledónea. El problema es que ya tenemos industria como la del maíz, tipo Monsanto, en este caso es Buddha seeds.

El problema de la industria es que es poco sustentable. Las plantas sí necesitan una cantidad de horas de luz y en nuestro caso la usamos, pero respetando el ciclo de vida de las plantas. Nosotros estamos desarrollando un método, con la intención de que luego otras personas también puedan aplicarlo. Creemos firmemente en el cooperativismo y en la producción respetuosa.

 

Tu mamá, una señora de 80 años, hace parte de la cooperativa. ¿Siempre estuvo de acuerdo? 

Yo creo que mi mamá entró a este mundo por amor, vio la paciencia y la constancia. Ella es la mejor jardinera, y además usa las gotas. Ella ahora cumple un papel muy importante, porque trajo consigo todo su conocimiento y sabiduría de la herbolaria. Mi mamá ya tenía sembradas varias plantas, el cedrón, la menta, la ruda y sabe para qué se usan. Activamos el CDB en la tintura de cannabis y la mezclamos con tinturas de otras plantas y ahora tenemos gotas para cosas específicas, por ejemplo: para el estómago, el ajenjo o la hierbabuena; para dormir, el cedrón.