Entrevistas
Río Paraná
Argentina -
septiembre 26, 2023

¿Qué hacen con nuestras historias, con nuestros cuerpos y nuestros huesos? | Fresco #7: Río Paraná

Río Paraná es una pareja de artistas visuales trans conformada por Duen Sacchi y Mag de Santo. Son performers, escritores, investigadores, curadores y docentes. En su labor, crean juntos y por separado proyectos y exhibiciones que cruzan la imaginación política, la ficción social, las disidencias sexuales y el anticolonialismo. Charlamos en Fresco, nuestro ciclo de entrevistas a nuevas voces de la imagen, con el dúo sobre su más reciente exhibición La Pisada del Ñandú.  Diseñada en el sitio de memoria Ex ESMA, recientemente declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, la exposición se presenta hasta febrero en el en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Buenos Aires.

Por Luciana Demichelis

¿Cómo y cuándo nace Río Paraná?

En el 2016, en Buenos Aires, en una asamblea política de personas trans* que reunía artistas, sindicalistas, estudiantes, nos conocimos. A los pocos meses creamos un primer proyecto de investigación artística sobre archivos positivistas, estábamos preocupados por la recepción del positivismo en argentina, y con ello el ingreso institucional del sexismo y el racismo, y de ahí ya no nos detuvimos. Con el tiempo nos dimos cuenta que Mag venía con herramientas teóricas y del activismo LGBTIQ, queer, y los feminismos y Duen con más trabajo sobre el antirracismo y el anti colonialismo. Cambiamos de nombre, de país, de residencia, de género pero seguimos juntos hace siete años trabajando.

Fotolibro Farroupilha – André Penteado

Ayahuasca Musuk
Ayahuasca Musuk

La Pisada del Ñandú | La Virreina Centre de La Imatge, Barcelona

Nuestro primer trabajo juntos fue Mi Pantera Criminal, a fines del 2016 y todo el 2017. Nos dieron una beca Iberescena para ir al Museo de Lombroso, en Italia. Encontramos cosas increíbles, por ejemplo, fotos de putas en Mar del Plata en Turín junto a cartas que le enviaba Emilio Mitre a Lombroso para que investigue si eran criminales innatas o criminales por su modo de vida. De esa investigación escribimos una obra de teatro a cuatro manos e hicimos una performance en una carpa de circo en la residencia artística L´Estruch en Catalunya. Pero ese proyecto no fue muy difundido. Nos encantaría retomarlo, pero eso pasa con los proyectos. Algunos tienen vida larga y otros larga investigación pero poca difusión o distribución.

En rigor, la primera exposición fue en 2018 “¿Qué hacen con nuestros huesos?”, en España. Investigamos a un hombre francés que publicó un texto que se llama “viaje a la Patagonia” donde describe una serie de hechos como profanación de tumbas tehuelches, desmembramientos de los cuerpos, actos de huaquería. En el proceso de investigación dimos con la imagen de una calavera con el nombre del Conde Henry de Lavaux tatuada. Así llegamos a la historia de un hombre tehuelche, cuya tumba profanada y actualmente insepulta, catalogado como un posible “eslabón perdido de Darwin”, llamado como “gigante patagón” y expuesto en el hall del  Museo del Hombre en el centro de París hasta el 2009. El hombre tehuelche se llamaba Sakamata, y su familia en el actual Chubut reclama  la restitución de su cuerpo hace años para darle sepultura digna a su ancestro. Cristina Liempichun Sakamata lleva adelante esta lucha, el año pasado el Estado francés aceptó el reclamo del Estado argentino para restituir el cuerpo. Nosotros hicimos unas copias un poquito ilegales de las fotos a los franceses de la expedición del Conde y se las dimos a Cristina para que las usaran en la comunidad, y para el expo decidimos no mostrarlas, sino hacer joyas con el nombre del profanador, una placa mortuoria que detalle las violencias cometidas por el Conde, un mural con los mapas que tanto el estado frances con el estado argentino se enviaban para marcar las zonas que querían conquistar.

¿Cuáles fueron los principales desafíos que tuvo la exposición del Centro Cultural Conti en Buenos Aires, MAC en Panamá y La Virreina en Barcelona  de La Pisada del Ñandú? 

Un denominador común fue construir un dispositivo visual no exotizante de las comunidades trans racializadas. Velar más por cierta ética de trabajo que por la eficacia de impacto que pueda tener una imágen. Esto varía según el contexto en que se presenta. En el centro de poder, en las ramblas, de Barcelona, optamos por -por ejemplo- no utilizar imágenes de difusión centrada en desnudos o carnavales. En Panamá, los derechos a las personas trans* todavía no están otorgados, con lo cual, estamos ilegalizados, y las personas indígenas que trabajan en el museo nos ayudaban a comprender mejor el contexto, de ahí que nuestra apuesta fue articular con asociaciones y con aquellas personas que nos pudieran acompañar y asesorar. En Buenos Aires, el montaje fue super largo, y nos tocó en el proceso de elecciones donde nuestras vidas se ponen en juego como propuesta de campaña. 

¿Cómo pensaron los vínculos entre la decolonialidad y lo trans, lo que trasciende a lo binario del género?

La idea de trascendencia de lo binario no es algo que nos convoque, sino las diferentes construcciones históricas alrededor de lo que hoy llamamos cuerpo, género, sexualidad y sus relaciones afectivas, políticas, sociales. Intentamos dar cuenta cómo este cuerpo que somos ha sido transformado por condiciones históricas, y entre ellas destacamos en cómo la Colonia y sus supuestos, y la colonialidad del saber-poder nos ha afectado y cómo otras formas de relacionarnos con el cuerpo, el género y la sexualidad han existido y convivido con las hegemónicas. Cómo han sido catalogadas, borradas, reconocidas, actualizadas. Lo hacemos a partir de documentos históricos (Archivos coloniales, de la represión), archivos creados para dar cuenta de la existencia de nuestras identidades (archivo de la memoria trans, archivo y memoria lgbtiq Salta) y a través de la prácticas de artistas que ponen en perspectiva todas estas reflexiones. 

¿Cuál fue la repercusión que más les llamó la atención a la largo de sus exhibiciones? Algún comentario, alguna crítica, alguna nota…

Varias, desde la sorpresa que produjo en España sobre la existencia de fondos documentales robados a las comunidades originarias y la dificultad de acceso a eso, algo que aquí tenemos bastante como obvio. La poderosa apropiación que hicieron de la exposición en Panamá que posibilitaron les jóvenes trabajadores del museo de las comunidades trans, indígenas y afros. La amenaza de bomba por grupos de ultraderecha mientras montábamos la exposición en el CCHConti.

¿Cómo ven viable que existan nuevos espacios para descentralizar las miradas, idea central en su serie de exhibiciones?

Existen muches artistas, investigadores, curadores, referentes en las gestiones culturales de nuestro país trabajando intensamente en crear formas de dar cuenta de la singularidad de las miradas y las prácticas artísticas de nuestro territorio. Los espacios e infraestructuras y la posibilidad de su transformación son procesos sociales largos y complejos, no imposibles por supuesto, La pisada del Ñandú por ejemplo plantea pequeñas cosas para poner en discusión y disputa, un gesto pequeño como la necesidad de pintar paredes pone realmente (y lo hemos comprobado tres veces) de cabeza las estructuras institucionales desde el nivel subjetivo hasta el económico, el cubo blanco está totalmente naturalizado y afecta incluso la legitimidad de las prácticas y las perspectivas con que se miran a artistas y curadores. Por otro lado, creemos que vale la pena experimentar con la posibilidad de espacios solidarios, amables. Sostener que el arte y la cultura son un derecho para todes es realmente radical en estos tiempos. 

 

¿Cómo puede un artista contactarse con ustedes, si quiere que puedan conocer uno de sus proyectos para formar parte de alguna de las exhibiciones?

La manera más rápida es por Instagram, en @rioo_paranaaa, también al correo: [email protected] y para conocer nuestra web, sacchidesanto.myportfolio.com. Para visitar la expo La Pisada del Ñandú en Buenos Aires, pueden ir al Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (Libertador 8151), de martes a domingo, hasta el mes de febrero, la entrada es libre y gratuita.