Entrevistas
Alejandro Erbetta
Argentina -
enero 21, 2022

Territorio imaginario de un artista migrante

El vínculo entre el argentino Alejandro Erbetta y la fotografía nació en un viaje por el norte del país. Un amigo canadiense le dio una cámara vieja y él empezó a explorar su propia mirada. Muchos años después se formó en Buenos Aires, luego en la Escuela Nacional de Fotografía de Arles (Francia). También obtuvo un Doctorado en Estética de las Artes de la Universidad de Paris 8 Saint-Denis.

Ayahuasca Musuk

Alejandro Erbetta

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Sus obras fueron expuestas en Europa, Asia y América Latina, y él siguió viajando pero ya como parte de una práctica de investigación. Repitió el viaje de sus bisabuelos desde Italia hacia Argentina y fue juntando información, archivos y fotografías. Mientras exploraba la memoria familiar “a través del espacio y el tiempo” también entendía su propia identidad migrante. Todo ese trabajo, luego se concentró en un libro: Reprises.

Ayahuasca Musuk

Alejandro Erbetta

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¿La memoria es un eje de tu obra?

Ciertamente. Siempre tuve un gran interés por el pasado como posibilidad del imaginario. Durante mi adolescencia me sentí influenciado por la literatura de (Jorge Luis) Borges, que veía en la memoria una posibilidad de ficcionalizar el tiempo. Sin embargo, en un principio mi relación con la fotografía estuvo centrada en el viaje y en la deambulación. La relación con la memoria apareció más tarde.

Ya en Francia, después de haber realizado un primer trabajo artístico, empecé a reflexionar sobre mi historia familiar. Me interesaba el hecho de que mis antepasados habían viajado a la Argentina hacia fines del siglo XIX y formaron parte de aquel gran desplazamiento de migrantes desde Europa hacia América Latina. De cierta manera, la historia familiar se repetía. Un siglo después, viviría una experiencia similar, aunque mi itinerario fue en sentido inverso. Existían partidas y regresos a través del espacio y el tiempo, como un eco, una resonancia cíclica.

Mi propia construcción identitaria y lo que implica ser migrante hizo que cavilara sobre mi historia familiar. Quise viajar, volver sobre el camino que habían realizado mis ancestros, articulando el pasado al presente, aunque no con fines nostálgicos sino para construir mi porvenir. Algo que tuviera que ver con la idea de experimentar el rito de pasaje de una cultura a otra, una transformación artística y existencial. Mi gran cuestión fue plasmar eso a través de la fotografía.

En aquella época empecé a tener un contacto asiduo con la cultura italiana, a sentir correspondencias, a hablar con mi familia. Lo que descubrí es que no se sabía casi nada de la historia familiar, había huecos de la memoria, un gran olvido. Esos blancos y vacíos temporales se volvieron un motor para mis búsquedas.

La primera idea que tuve fue articular el viaje hacia los orígenes familiares con una investigación poética retrospectiva. Aplicando una metodología próxima a la de un historiador, intenté establecer relaciones entre diversos documentos, textos, archivos y álbumes familiares, con el fin de objetivar una historia. En mi caso, había un énfasis en la emoción y la subjetividad, intentaba desentrañar un enigma familiar, una historia perdida en el tiempo. Pero, ¿cómo reconstruir nuestra propia historia cuando hay silencios, elementos que desconocemos? ¿Es posible reconstruir el pasado y la memoria a través de la ficción? ¿Cuál sería su legitimidad?

En un primer viaje a Buenos Aires empecé a compilar información sobre la historia de la inmigración italiana en la época en la que habían viajado mis antepasados. Al mismo tiempo comencé mi investigación familiar. Encontré, por ejemplo, a una persona cercana a la familia, un primo de mi padre, Rolando Castelli, que conocía algo de la historia familiar.

¿Y él te fue dando información?

Cuando empecé a buscar datos en 2009, Castelli tenía 96 años. Fue él quien me indicó pistas y obsequió algunas fotografías, objetos mediadores de la memoria que provocaron un sutil deslizamiento hacia mis propias ensoñaciones. Por ello pienso que mis viajes y exploraciones comenzaron ante todo siendo imaginarios antes que efectivos y reales.

Al volver a Francia comencé a planificar mi primer viaje al norte de Italia. Volver a la región de mis antepasados despertaba en mí una profunda curiosidad. Era remontar un camino en sentido inverso, de temporalidades entrecruzadas; era afrontar una historia, para construirla nuevamente. En aquellos años de investigaciones fui encontrando elementos concretos (documentos) que me dieron algunas certezas históricas, aunque todo estuvo siempre rodeado de misterio. Como pertenezco a la cuarta generación, muchas informaciones valiosas se habían ido perdiendo. Sin embargo, una reconstrucción parcial y fragmentaria, me ofreció la posibilidad de insertar mi imaginario de artista. Nos situamos aquí en el terreno de las hipótesis, no hay afirmaciones, sólo historias posibles, especulaciones. Nos imaginamos, por ejemplo, cómo podrían haber sido aquellos viajes, aquellas vidas. Del « ça a été » (eso ha sido) fotográfico de Roland Barthes, pasamos al « ça aurait été » (eso habría sido). Mi trabajo se basa principalmente en mantener ese estado de incertidumbre a lo largo de un proceso de búsqueda.

Ayahuasca Musuk

¿Sentiste que la búsqueda te cambió a tí?

En esos años de investigación, sentí una profunda conexión con mis ancestros, una relación virtual y al mismo tiempo próxima. Una forma de diálogo secreto y silencioso que se establecía en el curso de mis desplazamientos. Recorrer aquellas regiones inspirándome de las historias orales e imágenes fotográficas hizo que mi trabajo artístico tuviera una dimensión existencial. La construcción de un memorial narrativo que fue Reprises se volvió un territorio imaginario que me acompaña en mis desplazamientos. Un espacio transicional de ficción para soportar las partidas y regresos. Una necesidad, tal vez, de articular mundos distantes, como el aquí y el allá, el pasado y el presente, la presencia y la ausencia, lo imaginario y lo real, los que ya no están y los que seguimos explorando con asombro este mundo.