Los Markham, Haarlem , Holanda
Entrevistas
Paula Zuccotti
Argentina -
agosto 03, 2021

Todo lo que tocamos en cuarentena

Paula Zuccotti tiene una fórmula: combina su formación en Diseño Industrial con etnografía y viajes por el mundo. Busca acercarse a comprender a casi cualquier persona o comunidad. A lo largo de los años de trabajo en lo privado y en proyectos personales, Paula aprendió a observar desde ojos ajenos: “No se trata de entender al otro, sino de entender cómo el otro entiende”, cita. Y reflexiona: “La visión se enriquece todo el tiempo por ver las cosas desde cómo lo ve una familia en India, en Rusia, en China, en Brasil”

Agustín Folino, Buenos Aires, Argentina

Es autora de Every Thing We Touch (Todo lo que tocamos), un libro en el que, a través de una sola fotografía de objetos, logra narrar la cotidianidad de diferentes personas en distintos países. Cuando ese archivo empezó a engrosarse, Paula se preguntó: ¿qué entenderán las próximas generaciones cuando estudien nuestros objetos?, ¿cómo imaginarán que fuimos?, ¿qué concluirán que hacemos, cuáles son nuestros “hábitos, necesidades y deseos”? Así comenzó su primer documental Future Archaeology (arqueología del futuro), al que define como una “cápsula del tiempo de vidas”.

Cong Li, Chen Yang, Hiuyi Li, Sibei Chen, China

Se había dado cuenta de que “las cosas que se habían transformado en esenciales a nivel objeto no eran las mismas que hacía dos semanas”. El posteo empezó a viajar a través de un hashtag y así nació Lockdown Essentials (esenciales del aislamiento). Empezó a recibir imágenes que diferentes personas habían seleccionado desde Turquía, Bulgaria, China, Ghana, Alemania y más. El resultado fue “Future Archeology of a global lockdown” (futura arqueología del aislamiento global), un archivo que ya tiene más de mil imágenes de cincuenta países.

Felipe y Maria Paz Segura, Santiago, Chile

Hay una frase que es: no se trata de entender al otro, sino de entender cómo el otro entiende. Para mí es increíble porque queda muchísima perspectiva, tu visión se enriquece todo el tiempo por ver las cosas como las ve una familia en India, en Rusia, en China, en Brasil y ver las cosas de ese lugar.

De ahí salió el libro «Every thing we touch», en 2015, que reúne historias de gente en el mundo contada desde todos los objetos de uso cotidiano: todo lo que tocan desde que se levantan hasta que se van a dormir. Lo interesante es que tiene todo. Podés tener el vestido que te quisiste poner, pero al lado de eso está tu repasador y cucharón, es como que se nivela. Es una radiografía más honesta de tu vida.

Familia Oliveros – Mata

¿Cómo fue tu formación?

Es un camino bastante particular, una cosa me fue llevando a la otra. Estudié diseño industrial en la Universidad de Buenos Aires (Argentina) y después gané una beca para hacer un posgrado en diseño, Estrategia e innovación de la Universidad de Brunel, Reino Unido. El foco del posgrado era el proceso de diseño. A través de eso me empecé a involucrar con las tareas de investigación y en ver cómo podía aplicar investigación al diseño. Ahí descubrí la etnografía.

Noté que muy pocas empresas mandaban antropólogos a Asia o África para entender las culturas, para diseñar productos no sólo con una mentalidad de América al mundo, sino entendiendo las culturas de otros. Eso me alucinó y dije “esto es lo que yo quiero hacer”, porque vinculaba todo lo que me interesaba en diseño que era la cultura, los objetos, el uso, los hábitos, las emociones: cómo las personas se relacionan con las actividades diarias, con las cosas cotidianas, simples. Tuve la oportunidad de hacerlo para un estudio de diseño (Seymourpowell) y trabajé para clientes globales por 12 años. En un momento decidí que no quería tener los filtros que te pone trabajar para marcas, quería ver la vida como es, con unos lentes más normales. Empecé a trabajar independientemente.

Donal Mangan, Kilkenny, Irlanda

Una vez que se transformó en libro, eso me dio la posibilidad de hacer muchas más de estas fotos. Por ejemplo: hice en Jerusalén un día en la vida de cinco personas que son de lugares completamente diferentes de la ciudad. Gente que no se cruzaría, pero yo los crucé todos el mismo día en una instalación. Entonces era un judío ortodoxo, un palestino, una persona del este de Jerusalén… Después, en Dubai, hice uno donde el ángulo era fotografiar multiculturalismo. La idea era ver cómo tu cultura y la cultura del lugar donde vivís se mezclan en una foto. Entonces seguía produciendo más allá del libro.

Me empecé a dar cuenta de que, en realidad, lo que estaba haciendo era una cápsula del tiempo porque las primeras fotos que hice fueron en 2013. Podía mirar para atrás y decir “ya no existen más esas computadoras, no se usan más esas zapatillas” o “eso ya pasó”, “esos objetos ya son obsoletos”. Ya la gente no usa más el despertador, el control remoto casi nada, los cds ya no aparecen, la plata en efectivo tampoco va.

Empecé a jugar con la idea de Future Archeology, porque todo lo que sabemos de civilizaciones antiguas lo sabemos gracias a los objetos que encontramos. A veces, cuando no los entendemos, es porque nos faltan objetos para entender cómo sabían esto, cómo cazaban eso, cómo comían, etcétera. Entonces pensé: si alguien en el futuro tiene que entendernos a nosotros como civilización basado en lo que ven de lo que tocamos, qué van a entender y qué no.

Future Archeology – Paula Zuccotti

¿Cómo fue el puente con Lockdown Essentials?

Cuando vino la cuarentena, en marzo del 2020, me pasó —como a todos— que me cambió totalmente el estilo de vida. Todos los proyectos que tenía y los viajes fueron cancelados y parecían, de pronto, un poco irrelevantes. El cambio de mi vida se veía reflejado en los objetos cotidianos. De repente, las cosas que se habían transformado en esenciales a nivel objeto para mí no eran las mismas que usaba hacía dos semanas o un mes. Se me ocurrió poner la pregunta en Instagram, fotografiar mis 15 objetos y preguntarle a los demás si les pasaba lo mismo.

Gimena Cortés Ramírez (part of a family set The Cortés Ramirez)
San Jose, Costa Rica

¿La respuesta te sorprendió? Fue mucha gente, ¿verdad?

Sí, un montón. Los primeros 15 fueron amigos, pero como le había puesto un hashtag, empezó a viajar y ahí empecé a coleccionar historias de a tres grados de separación de mí.
Me sorprendió cómo estábamos todos tan alertas y tan abiertos y escuchábamos tanto. Puse una pregunta en abril del 2020 y la gente tenía la capacidad de escuchar, relacionarse y la necesidad de comunicarse con otros y generar comunidad. Esa necesidad y ese hambre de entender qué nos estaba pasando. Había mucha gente consumiendo noticias, compartiendo historias y prestando atención. Tal vez no estaríamos prestando tanta atención ahora, pero en ese momento estábamos muy alertas.

Familia Williams, Londres, Reino Unido

También me llamó la atención la honestidad y la vulnerabilidad con la que todos ponían las fotos. Ves antidepresivos, las botellas de vino, las galletitas que te quisiste comer, historias en las que la gente habla de lo que le está faltando y de lo que necesita y lo que le hace bien. A un grupo de chicos de una universidad de Texas se les habían descontrolado los horarios de dormir y tenían los videojuegos y al lado tenían las pastillas de melatonina para poder regular las horas. Cosas que son sencillas, pero te explican un montón. También aparecían cosas lindas de cómo la gente se tuvo que readaptar. Unos hermanos en Santa Fe que se hicieron pesas de gimnasio con un palo de escoba y unas botellas con arena adentro. De repente, fue como que nos quedamos como cuando paraba la música en el baile de la silla. Bueno, en ese momento paró todo. ¿Con qué te quedaste? Eso se lee en todas las fotos.

Lala Barros, Brazil, Sao Paulo

Mucha conciencia, muchísima, de gente dándose cuenta de cosas. Por ejemplo las plantas, pero no sólo hablar de las plantas sino gente que decía: “es la primera vez que la veo crecer, es la primera vez que le presto atención a este tipo de cosas”. Aparecía esa conexión que nos faltaba tanto.

Gente que en las fotografías ponía el rayo de sol entrando a la casa y decía: «ahora entiendo a qué hora entra el sol por mi balcón». Cosas tan humanas, tan básicas, de conexión con tu entorno y que no las teníamos registradas. Luego, todo lo tecnológico: la compu y los auriculares son clave para la convivencia y para que todos puedan hacer las cosas.

¿Sigue abierto el proyecto?

Sí, pueden enviarme a [email protected]. El otro día un chico me contactó desde Vietnam y me dijo: «Veo que no tenés Vietnam en tu web, me encanta el proyecto, ¿lo puedo compartir con mis amigos?» Le dije que sí, que me mandaran y lo subiría. Mientras haya cuarentenas y la gente quiera participar, lo recibo con placer. Me encantaría poder hacer luego alguna exhibición publicarlo como libro, o que el viaje tenga vida fuera de la web.

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