Un síntoma del cambio climático | Fresco EP#2
El cambio climático muchas veces se asocia a experiencias extremas: grandes sequías, calores extremos o inundaciones, cuyo origen son principalmente la quema de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo. Muy pocas veces escuchamos cómo este fenómeno puede llegar a afectar los cuerpos que lo experimentan. La fotógrafa peruana Alejandra Orozco investigó en Suiza cómo estos cambios afectan a las plantas, y lo relacionó de forma directa con cómo esto afecta la propia salud mental de las personas.
Por Luciana Demichelis
En Perú, el cambio climático está afectando a las comunidades de múltiples maneras. Cuentanos cómo se está viviendo allí esta situación.
Sí, nos está afectando de múltiples maneras. El listado de dificultades se va haciendo más largo cada año y lo difícil es saber que aún hay tantas trabas históricas con las que vivimos diariamente que nos impide pensar a futuro y actuar de forma preventiva.
El desequilibrio político que se está viviendo actualmente en Perú es además un fuerte detonante. La incertidumbre con la que vivimos al no saber qué pasará en el país en unos meses, si tendremos un gobierno que nos respalde o si habrá oportunidades de trabajo o acceso a servicios de salud, son fuertes desestabilizadores.
Es difícil pensar en resiliencia cuando hemos crecido en un sistema que nos sigue dando la espalda en cada oportunidad que puede. Repetidos casos de corrupción han creado una insatisfacción generalizada entre lxs peruanxs que se ha evidenciado en los levantamientos sociales que se vienen dando desde finales del año pasado. Esto ha traído una fuerte fragmentación que debilita las posibilidades de buscar soluciones colectivas y sostenibles ante el cambio climático y por ende, nos deja menos preparados ante lo que viene.
¿Qué información obtuviste sobre en qué medida el cambio climático y los desastres naturales pueden aumentar la incidencia de problemas de salud mental en las poblaciones afectadas?
Empecé a pensar en la posibilidad de perder tu casa en un incendio o en un derrumbe, el desabastecimiento de recursos básicos, las sequías o la exposición a altas temperaturas, que son algunas de las razones que exponen a miles de personas a efectos de estrés postraumático. El estrés, a fin de cuentas, no es más que una reacción química que se produce en el cuerpo cuando se rompe el equilibrio entre un organismo vivo y su ambiente, empieza a generar una serie de respuestas en cadena en el cuerpo.
Las principales formas en las que se manifiesta el estrés en el cuerpo son cambios hormonales, aumento en la presión arterial, dolor de cabeza, dolores de estómago. Síntomas que se van acumulando en el cuerpo y que muchas veces no somos capaces de leer entre líneas. Pienso que comenzar a leer el cuerpo ante el cambio climático es darle una nueva forma de entendimiento al problema. En el cuerpo, ninguna reacción es aislada, sino que lo que se produce en un órgano tiene una rápida repercusión en otra parte del cuerpo. Sin embargo, la salud mental se sigue pensando como un problema aislado de lo físico, sin entender que somos un sistema de reacciones en cadena.
¿Hay información actualizada al respecto?
Sí, pues, los reportes de cambio climático que se han publicado en los últimos años empiezan a hacer énfasis en la importancia de que los gobiernos comiencen a elaborar planes de acción ante el impacto en la salud mental de la misma manera como se hace con lo físico ya que las enfermedades empiezan a ser más evidentes. Además, creo que observar la reacción del cuerpo ante estas adversidades es también una nueva forma de leer los cambios en el ambiente, la respuesta en cadena de los cultivos ante las plagas, del los canales de agua irrigando los campos, o la deglaciación ante los altos niveles de temperatura. Se trata de leer un cuerpo en conjunto y dejar de pensar el problema como síntomas aislados.
¿Expusiste este proyecto en otras oportunidades? ¿Te gustaría hacerlo?
He tenido la oportunidad de exponer este proyecto dos veces en Suiza. Primero en el 2022 como cierre de la residencia SMArt. Se expuso en Ernen, el salón comunal Jost Sigristen House y en el bosque Gallows Hill. Actualmente la exposición sigue expuesta en la Villa D’Allese, también en el Canton de Valais en Suiza, como parte de la inauguración de la Association Sabine Rouiller, un centro pensado en la salud mental, donde se proporcionan espacios seguros de retiro para personas que están pasando por un momento difícil en su vida. Me gustó mucho pensar que el mensaje fuera llevado a este espacio como una manera de visibilizar la importancia de este tema.Y en unos meses el trabajo será expuesto en Perú en el Centro de la Imagen en Lima como parte del programa SMArt.
¿Qué sientes en relación a los modos de vida que nos ofrece el sistema actual? ¿Existirá alguna salida?
Como artista, he empezado a sentir que hasta nuestros procesos creativos empiezan a plagarse con las exigencias del sistema en el que vivimos inmersos. El placer ya no está únicamente en la emoción que nos da el crear una nueva idea, hemos capitalizado nuestros sentires al punto de que basamos nuestra satisfacción en base al valor comercial que le da el sistema de producción al que nos hemos subordinado. Y lo veo no sólo en la producción artística, está en todo. Creo seriamente que esto nos está enfermando. Lo veo en mí, lo veo en los que me rodean.
Es tanta la presión que ejercemos sobre nosotrxs que no somos capaces de ver soluciones en un panorama más amplio, nos hemos hecho miopes ante la posibilidad de buscar soluciones que vayan más allá de nuestro propio beneficio, trabando cualquier posibilidad de crear ecosistemas más ricos con espacio para crecer todxs. Y tal vez la salida está ahí, en aprender a mirar con más atención en cómo lo que hacemos tiene un impacto en el mundo que habitamos y que si lo seguimos obviando termina golpeándonos en la cara.
¿Piensas continuarlo? ¿O sientes que ya está terminado?
Tengo muchas ganas de seguir explorando este tema. Tuve la oportunidad de abrir esta primera puerta en Suiza como parte de la residencia que hice, pero cuanto más investigaba del tema, más sentía la necesidad de desarrollarlo de vuelta en casa. Así que siento que apenas estoy abriendo un nuevo capítulo en esta búsqueda.
Además, los proyectos cuando llegan de manera orgánica son una excusa para adentrarse en preguntas muy profundas y personales. Cada vez entiendo más que llegué a este tema porque es algo que necesitaba en mi propia historia. Entender el cuerpo como nuestro vínculo con el mundo ha sido una oportunidad para entender que el ejercicio de sanar puede partir siempre de lo individual, pero nunca se dará en su totalidad si no somos capaces de aplicarlo a un cuerpo colectivo también.
¿En qué estás trabajando ahora?
Pues ando desarrollando muchas historias en paralelo. A veces siento que me estoy abriendo mucho, pero luego veo el hilo que une mis trabajos y entiendo con más claridad que tomo siempre como punto de partida la vulnerabilidad del cuerpo y el territorio y todo cobra más sentido en su conjunto. Por un lado sigo investigando la transformación de Chinchero,un pueblo en proceso de transformación ante la construcción de un nuevo Aeropuerto, y a raíz de esto he comenzado a explorar la situación del agua en Cusco ya que en Chinchero existen algunas de las lagunas y humedales que proveen de agua a buena parte de la población. Al vivir aquí, vivo muy de cerca todos estos cambios y las repercusiones que traen, así que pensar en el impacto que esto está teniendo en los niveles de ansiedad y preocupación colectiva se da sin esfuerzo porque lo estamos viviendo todos en primera fila, sólo faltaba ponerle cara o nombre a los síntomas para leerlos con más nitidez.